PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - Martes 15 DE NOVIEMBRE DE 2005

 

OPINIÓN / EL OASIS

La ira de María Antonia
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Vivas ha causado tan buena impresión durante sus intervenciones en el Senado, días atrás, que ahora es reclamado para dar conferencias relacionadas con los problemas de Ceuta. Una ciudad que necesita darse a conocer. La primera será en Sevilla. También participará Imbroda: quien mostró en la Cámara un discurso que ya calificamos de áspero y que hizo tragar saliva a ZP.

Los dos presidentes, cada uno con estilos opuestos, han conseguido en tres días destacar más que lo hicieron durante los años que llevan gobernando las respectivas ciudades autonómicas. La tribuna de oradores del Senado los ha catapultado a la fama y ahora habrán de responder al interés que han suscitado en muchos rincones peninsulares.

Tarea difícil: todo cuanto digan será analizado con lupa y recibirán las consiguientes respuestas de lo socialistas. Pues éstos saben, como no podía ser menos, que Vivas e Imbroda son, actualmente, los políticos mimados del PP y, por tanto, los encargados de hacer proselitismo de las bondades de su partido y de cómo Aznar se desvivió por solucionar los problemas de ambas ciudades. Hasta el punto de que en Ceuta se sigue pensando en nombrarle hijo adoptivo de la tierra.

De ahí que haya surgido, con más fuerza que nunca, la voz de María Antonia Palomo para pregonar a los cuatro vientos que Vivas es un hipócrita, un cínico y muchas más cosas. Es la denuncia de una secretaria general subida de tono por la anunciada visita de ZP a Ceuta. Y cuando una mujer se pone en Agustina de Aragón, tal y como veo yo a la señora Palomo, en estos momentos, cuidado con ella.

A mí me consta, pues me lo ha confesado varias veces, que la señora Palomo odia al tío del bigote: mentárselo es como hacerlo con la soga en cada del ahorcado. Y a partir de ahora, es decir, a partir de las reivindicaciones de Juan Vivas al Gobierno de la nación, ella pondrá el grito en el cielo contra lo que dejó de hacer José María Aznar por Ceuta. Lo cual ha empezado ya. Al menos por las declaraciones que le he leído en los últimos días.

Quienes la conocen, sigo refiriéndome a la señora Palomo, me han contado que está hecha un basilisco. Y que no cesará en su empeño de poner a Juan Vivas como chupa de dómine. Lo que se suele llamar una persecución en toda regla.

Tarea que no le arredra, según he sabido, pero que la va a mantener en pura tensión hasta que se celebren las elecciones autonómicas. Por consiguiente, bien haría María Antonia en hacerse una revisión médica, para comprobar su actual condición física: dado que habrá momentos en que la habilidad de Vivas la saque de sus casillas y sea motivo suficiente para que le hierva la sangre a la secretaria general.

Porque Vivas es un pesado pesado de la política local, gracias no sólo al triunfo arrollador obtenido en las urnas sino también, sin duda, porque ha contado con la suerte de lucir palmito en un escaparate ideal: el Debate del Estado de las Autonomías. Un debate que le llegó en fecha que ni pintiparada para acrecentar aún más la popularidad que se ha ido ganando con el transcurrir del tiempo.

Y aún más: María Antonia no debe echar en saco roto que está luchando contra alguien que lleva a la suerte cogida de la mano y la maneja a su antojo. No se a quién le oír decir que Vivas está liado, desde hace una eternidad, con la diosa Fortuna. Y yo me lo creo: pues jamás he visto a nadie que sea capaz de ganarse la voluntad de los demás, sin apenas despeinarse. Y, por si fuera poco, María Antonia ha perdido a su fiel escudero, Álvaro Guzmán: una desgracia que no presagia nada bueno.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto