La viceconsejería de Juventud, dentro de su programa de Ocio
Alternativo, que lleva funcionando 5 años, ha diseñado una
iniciativa llamada ‘Viernes Aventura’, organizada por
‘Acudeduca’ y cuya última jornada, ‘Los Náufragos’,
consistió en la fabricación de una balsa flotante elaborada
a base de materiales reciclables o de desecho.
“Cada equipo debe elaborar una balsa con la cual pueda
realizar un recorrido por mar sin mayor propulsión que la
gente que colabora con dicho equipo y cuerdas”, explica
Miguel Jiménez, coordinador del proyecto.
La competición ‘Viernes Aventura’ se desarrolla durante
siete viernes consecutivos, siendo la de ayer la cuarta
jornada. Participan ocho equipos de ocho personas cada uno y
la valoración de cada prueba depende tanto del resultado de
la misma como de la participación del mayor número de gente
por equipo.
La prueba del ‘Náufrago’ consistió en la elaboración de una
balsa a partir de material reciclado, teniendo que tirarla
al mar y soportar el peso de los ocho miembros del equipo,
que fueron amarrados por una cadena humana formada por
colaboradores de cada equipo y ropa. Además de tener que
superar la prueba en sí, se valoraba tanto la originalidad
de las balsas como la cantidad de gente ajena al equipo que
los participantes lograsen implicar en el juego.
“Todas las balsas flotaron y al final se logró implicar en
la actividad a más de 200 personas”, explica el coordinador
Miguel Jiménez.
El resultado de la prueba fue favorable para los tres
equipos que marchan a la cabeza de la competición ‘Viernes
Aventura’. En primer lugar quedó el colegio san Daniel,
seguido de los estudiantes de Magisterio y en tercera
posición el equipo de Bomberos.
La jornada del viernes fue una prueba de originalidad para
cada uno de los equipos, que respondió muy favorablemente al
reto. “Todas las embarcaciones fueron muy divertidas. La
balsa del instituto Puertas del Campo consistía en una
bañera de flotación rodeada de relleno de caña. La de los
Bomberos estaba elaborada con bidones, madera y cuerda. La
de San Daniel era un verdadero trasatlántico que soportó a
más de veinte personas a bordo. Además, los competidores
iban disfrazados de azafatas de las distintas navieras que
cruzan el estrecho. Fue muy divertido y reinó sobre todo la
deportividad y el sentido del humor”, comenta Miguel
Jiménez.
Una vez terminada la prueba, los participantes aprovecharon
sus embarcaciones para divertirse, protagonizando auténticos
abordajes y batallas navales donde hubo más de un chapuzón,
si bien la mayoría iba preparada con trajes de neopreno o
ropa de recambio.
La prueba del viernes que viene se trata de un reto de
orientación y resolución de un enigma siendo el escenario
las Murallas Reales. La final, el día 2 de diciembre,
consistirá en la elaboración de una paella para 50
comensales, donde más que nunca será fundamental el poder de
atracción de los participantes, para lograr implicar a la
mayor cantidad de gente fuera del equipo.
El programa de Ocio Alternativo de este año pretende
dispersarse por el centro urbano con la intención de
involucrar a toda la ciudad, en vez de estar centralizado en
el polideportivo como en años anteriores.
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