La semana pasada se firmó en Madrid un acuerdo entre el
Ingesa y los sindicatos sanitarios que, para muchos de los
allí presentes, suponía “un importante avance no sólo para
los profesionales que realizan noches y guardias
habitualmente, sino para todos los trabajadores del Ingesa”.
Participaron siete sindicatos en representación de los
intereses de estos profesionales, tanto de médicos, como de
enfermeras, celadores e, incluso, personal de administración
y tan sólo la Unión Sindical Obrera (USO) se negó a firmar
este acuerdo por considerar que “era discriminatorio ya que
no beneficiaba a la totalidad de trabajadores del Ingesa en
Ceuta”.
Lo que parecía una visión minoritaria dentro del conjunto de
trabajadores del sector, parece que no lo es tanto ya que la
Asociación de Facultativos de Ceuta (AFACE) ha remitido un
escrito a este periódico en el que asegura que el acuerdo
“mejora de forma muy modesta nuestra situación como
trabajadores del hospital, en nuestro caso, médicos
especialistas pero no cierra la distancia, cada vez más
amplia, entre nuestras condiciones laborales y económicas en
Ceuta y Melilla con el resto de España”.
Según este colectivo médico, no hay motivos reales para
tanta celebración por parte tanto del Ingesa como de los
sindicatos porque aunque hay algunos puntos positivos como
la próxima convocatoria de una oferta pública de empleo para
Ceuta, también es cierto que “aunque otros años se ha hecho
aún menos, tenemos el dudoso privilegio de situarnos en los
puestos de cola de España”.
Un punto especialmente polémico para este colectivo es el
referente a las 35 horas semanales, un aspecto que ni
siquiera figura como negociable tras el acuerdo de la mesa
sectorial con el Ingesa cuando, según la AFACE, es una
concesión que si se contempla en otras autonomías como en la
vecina Andalucía.
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