Ayer dio comienzo en las instalaciones del Hotel Tryp de
Ceuta el V Congreso Nacional sobre Inmigración,
Interculturalidad y Convivencia. El encuentro se
desarrollará hasta el próximo día 11, con la presencia de
alrededor de una decena deponentes pertenecientes al mundo
universitario.
La sesión inaugural estuvo presidida por el delegado del
Gobierno, Jerónimo Nieto, y la consejera de Educación del
Gobierno de la Ciudad Autónoma, Mabel Deu. La consejera
señaló que el congreso era un oportunidad para poner sobre
la mesa todas las perspectivas posibles de cara a entender
los flujos migratorios y para fomentar el respeto a los
derechos humanos.
A continuación, se conformó la primera mesa de ponencias en
la que intervino Manuel Bellón Fernández, subdirector
general adjunto de Administraciones Territoriales, que vino
en representación del Ministerio de Educación. Bellón
explicó en su intervención el papel del sistema educativo en
la sociedad actual: “una sociedad que continuamente le pide
respuestas sobre una serie de complejos problemas y exige la
consecución de numerosos objetivos”. Uno de los aspectos más
importantes que caracterizan el sistema está, a juicio de
Bellón, “la educación en la tolerancia y el respeto en una
sociedad que es plural en sus creencias y convicciones”. Por
tanto, el subdirector de Administraciones Territoriales
apostó por “la integración segregada”, la “inclusión de la
diferencia” y la construcción de “una auténtica escuela
intercultural”.
Enfoque filosófico
Fernando Savater intervino en la tanda de ponencias de ayer
por la tarde. Su intervención se titulaba La única y variada
humanidad, una reflexión filosófica acerca de “los rasgos
positivos que nos proponemos como metas”, es decir, la
humanidad como descripción pero también como ideal. Fernando
Savater planteó su intervención de ayer como presentación de
la “noción de humanidad, como común denominador entre los
hombres”, haciendo hincapié en las semejanzas esenciales y
en las diferencias accidentales. “Los pensamientos
reaccionarios disfrazados de progresismo diferencialista”
caracterizan la situación de la sociedad actual y por ello
es necesario recuperar esa “vieja noción de humanidad”.
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“El niño es filósofo, se pregunta cosas”
Fiel a su estilo directo, Fernando
Savater unió ayer la educación con la convivencia con el
otro. “Los niños pequeños son filósofos, porque tienen afán
por preguntar”, explicó el filósofo. Ya en la Universidad, a
juicio de Savater, el gusto por la reflexión se va
perdiendo. A lo largo del turno de preguntas, instó al
profesorado a inculcar el gusto por la filosofía a sus
alumnos, “primero por los conceptos filosóficos” antes que
por un autor. También abogó por buscar cauces de
comunicación conjuntos,a pesar de que los interlocutores
hablen lenguas distintas.
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