No sé qué ministro fue el qué dijo
que un vehículo era una propiedad abandonada en la calle.
Desde luego, no me cabe duda alguna, que el que lo dijo, era
una de esas raras “lumbreras” que, de vez en cuando,
aparecen en el panorama político español y llega hasta ser
ministro.
Me cuenta, las lenguas de doble filo, Pepita y la portera,
que ese mismo fue el que dijo que llevar una medallita en el
cuello de una señora era, poco más o menos que provocar a
los ladrones. Oiga, amigo guardia y dicen, ambas dos, que
llegó a ser ministro.
Pues, si es así, tal y como lo cuentan, deberíamos
aprovechar y ahora que estamos haciendo doctor “honoris
causa”, por un suponer, a Carrillo, deberíamos hacer lo
mismo con esta “lumbrera” para que pase a los anales de la
historia de éste fermoso país, de momento, llamado España.
En fin que como aguas pasadas no mueven molinos, a quien
Dios sé la dé, San Pedrose la bendiga y al gachó que se le
ocurrieron semejantes cosas, le dé larga vida para que su
mente de “lumbrera” siga aportando cosas importantes por el
bien de este fermosos país .
Cómo será la cosa que inventó ese “lumbrera” de la propiedad
privada que, usted, por un suponen, coge a alguien robando
dentro de su coche y en ese momento se la ciega la mente y
le da un golpe, si al ladrón le da por ir a urgencias y
pedir un parte de lesiones, no le rindo las ganancias, a
pesar de ser usted un honrado ciudadano que ha intentado
defender lo que, con mucho sudores y sacrificios, pagándolo
incluso a plazos, había conseguido comprar. Manda....el
asunto.
El día 31 por la noche vispera de la celebración de la
”mochila”, fiesta muy tradicional en nuestra tierra, hubo
actos vandálicos, al menos dos que nosotros sepamos.
En Real 63 una moto fue quemada dentro del portón donde se
encontraba.
Lo curioso, no es que le quemasen la moto al chaval, porque
eso de quemar está a la orden del día. Lo curioso es que
había dos motos y fueron apartaron la suya y le prendieron
fuego.
La cosa está de una claridad meridiana que fueron a buscar
la moto de éste chaval y no la de nadie más
Me estába enterando, de este asunto, cuando me llaman de
casa, para decirme que me habían destrozado el coche que,
por cierto, es lo único que tengo de patrimonio personal.
Un coche, que el pobre mío tiene la friolera de diecisiete
años, pero que me llevaba a todas partes, aunque la chapa
tenía más boquetes que un colador.
Me llevé la sofocación del día, aunque por la cosa esa de la
tensión no puedo sofocarme. Así que me trato de dominar y
busco tranquilizarme, pensando que me acababan de quitar
todo el patrimonio que poseo, bueno que poseía porque ya no
me queda ni ese pobre coche que tantos años me ha acompañado
y que a trancas y barrancas, seguía llevándome allá donde le
dirigiese.
Me puse a pensar y comprendí que la culpa es mía y solamente
mía, por tener el coche aparcado en un lugar escondido por
donde no pasa nadie, dando facilidad a los ladrones o para
que no se enfaden, a esos señores amigo de lo ajeno
Oiga, igual se enfadan por llamarles ladrones y le buscan, a
usted, un lío más grande que el que se ha buscando
Rodríguez, él solito, con el asunto del Estatut de Cataluña
que, por cierto, ha sido aprobado llevarlo a debate.
Otro día, hoy no tengo tiempo me falta espacio, les cuentolo
que presencié en la tele viendo el debate sobre el
mencionado Estatut. Porque asuntos, como ese, merecen punto
y aparte.
Perdón por largarme por los cerros de Ubeda, como les decía
el coche estába aparcado frente a la Asamblea de la Cruz
Roja, en Marina Española, lugar de poco transito y por estar
tan oculto es muy difícil ver que es lo qué puede pasar o si
alguien está manipulando un vehículo.
Porque además la manipulación, que hicieron en el mismo, se
hace en nada, en unos veinte segundos, y peco de largo.
Se introdujeron dentro del vehículo, arrancaron la carcaza
que rodea el volante, buscando los cables para hacer un
puente y llevarselo pero, al parecer, fue imposible ponerlo
en marcha.
En vista de ello, cortaron todos los cables que estában en
la carcaza que envuelve el volante y, además, doblaron el
mismo, de forma que ha quedado inservible.
Como se podrá fácilmente comprobar, el lugar escondido en
que se encontraba aparcado y la maniobra del robo de forma
rápida, fue la causa de que nadie viera lo que estába
sucediendo.
Y aunque alguien hubiese visto algo, no lo diría porque hay
miedo, mucho miedo, a las represalias.
Así están las cosas y nadie las va poder cambiar mientras
existan algunos progres de pacotillas, de esos que creen y
nos quieren hacer creer, que los niños vienen de París y una
cigüeña los trae en su pico.
En fin, está visto, que no nací para millonario.
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