Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I recibió ayer en el
Palacio de la Zarzuela en Madrid al presidente d la Ciudad
Autónoma, Juan VIvas. La audiencia privada, de la que Vivas
subrayó el gran interés y afecto que Su Majestad siente y
expresó por el pueblo de Ceuta, fue una ocasión de
extraordinaria importancia para estar con el Jefe del Estado
y poder comunicarle cual es la perspectiva del Gobierno
ceutí sobre el pulso de los acontecimientos que se viven en
la actualidad en la Ciudad Autónoma. Además,el presidente
aprovechó esta oportunidad para expresarle personalmente, en
nombre del pueblo ceutí, su “más sincera enhorabuena” por el
nacimiento de su séptima nieta, la Infanta Leonor.
Juan Vivas, que fue invitado a reunirse con Su Majestad el
mismo día en que este tenía previsto recibir a Juan José
Imbroda, presidente de la vecina Ciudad Autónoma de Melilla,
acudió al Palacio de la Zarzuela a las cinco y media de la
tarde, según lo previsto. Tras el recibimiento celebrado en
la Sala de Audiencias del Palacio, en presencia de la
prensa, ambos mandatarios se reunieron en privado durante
una reunión que duró aproximadamente cuarenta minutos.
Comparecencia
Al finalizar el despacho privado, Juan Vivas expresó a la
prensa su “gran satisfacción” por la reunión mantenida con
el monarca, de la que quiso destacar sobre todo el gran
interés que Su Majestad muestra por todos los asuntos que
atañen a Ceuta. Según Vivas, este interés es fruto “no
solamente de la obligación que como Jefe del Estado le
confiere su cargo, sino que también es consecuencia de un
indudable afecto personal que le demuestra cada vez que
tiene la oportunidad de despachar con él”.
Así, Juan Vivas quiso hacer llegar esta prueba de afecto a
todos los ciudadanos de Ceuta, “que tanto aprecio,
consideración, respeto y sin duda alguna, lealtad, sienten
por Don Juan Carlos y por toda la Familia Real”, señalando
que el pueblo ceutí se puede sentir sin duda correspondido
con el mismo aprecio, simpatía y una clara aspiración de
cercanía por parte de Su Majestad.
Respondiendo a su interés por Ceuta, Juan Vivas ha
transmitido al Rey que Ceuta es, “como bien sabe”, una
ciudad “profundamente española”, y que “como tal está
dispuesta a seguir prestando servicios a favor de España
como lo ha hecho a lo largo de muchísimos años”.
El presidente definió a la ciudad como un pueblo “tolerante
y solidario” que ha aprendido a convivir compartiendo, y que
lo seguirá haciendo. Además, expresó su aspiración a
alcanzar, como ciudad española, unos niveles de prosperidad
en todos los aspectos equiparables a la media nacional, para
lo cual todos los españoles pueden contar con el esfuerzo y
empeño de los ceutíes, que a su vez también requieren la
solidaridad del resto de los españoles para afrontar las
necesidades objetivas de la ciudad.
Dicho apoyo, como explicó Vivas, “tiene su fundamento
constitucional en la defensa del principio de solidaridad
interterritorial que garantiza la Constitución”, y debe
manifestarse también “en gestos y pruebas de ánimo y apoyo a
los ceutíes”. Esta aspiración, como Su Majestad sabe, se
corresponde con la constatación de problemas que sufre la
ciudad, pero como Juan Vivas quiso aclarar: “nosotros no
somos un problema”.
Acerca del problema de los recientes asaltos al perímetro
fronterizo de Ceuta, Juan Vivas explicó a la prensa que como
bien saben, la ciudad es frontera de Europa en África, y
como consecuencia de ese carácter fronterizo es evidente que
se sufre con más intensidad la presión migratoria. Por lo
tanto expresó a Su Majestad el punto de vista que el
gobierno de la ciudad tiene al respecto, que vive con
inquietud este problema migratorio, al tiempo que se vive en
carne propia y se sufre como un pueblo solidario.
El drama de la inmigración irregular, como lo describió el
presidente, sólo se solicionará cuando se alcance un reparto
más equitativo de las riquezas en el mundo, pero hasta que
ese momento llegue, es un hecho objetivo que las fronteras
deben cumplir su papel y tienen que ser eficaces, por lo
tanto es obligación ineludible de cualquier gobierno
proteger la seguridad de las fronteras y su inviolabilidad.
Al mismo tiempo, el pueblo ceutí exige a la Unión Europea,
como todo ciudadano de buena fe, el cumplimiento de los
derechos humanos de cualquier persona y en particular de los
inmigrantes, medios para poder atender sus necesidades
contando con la total cobertura de los servicios públicos,
tanto los que dependen de la Administración General del
Estado como aquellos que son responsabilidad de la Ciudad
Autónoma, y justas compensaciones a las ciudades de Ceuta y
Melilla en las presiones financieras que les ocasiona la
actual situación.
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