La celebración del Día de Todos los Santos atrajo ayer a
cientos de ceutíes hasta el cementerio de Santa Catalina
donde realizaron sus particulares homenajes a los difuntos.
El camposanto se convirtió, un año más, en un ir y venir de
grupos de personas que con flores en las manos visitaron los
lugares donde yacen sus seres más queridos.
Algunos se afanaban en la limpieza de las lápidas para
colmarlas después de bonitos ramos mientras que otros hacían
de una oración en silencio su mejor veneración. Pero como en
la vida, en la muerte también hay clases, y mientras algunas
tumbas quedaban escondidas bajo decenas de ramos, otras
yacían en la más triste de las soledades.
El alcalde Sánchez Prados fue uno de los difuntos más
venerados en el día de ayer, una jornada en la que muchos
caballas recordaron al político fusilado durante la Guerra
Civil Española. Los republicanos caídos en la misma
contienda también recibieron el homenaje de muchos
ciudadanos que depositaron sus flores sobre el monumento
recién construido por la Ciudad y que forma parte de las
últimas reformas llevadas a cabo. “El cementerio está
precioso. Más limpio que nunca y con muchas mejoras en los
accesos. Además han arreglado algunos pabellones de nichos,
han puesto agua por todo el recinto... etcétera. Han
realizado un buen trabajo”, afirma una visitante de Santa
Catalina en la jornada de ayer. Otros agradecían las
atenciones del personal de las instalaciones, “son muy
agradables, muy atentos, enseguida te acercan las escaleras
para facilitar el acceso a los que tenemos a nuestros
familiares en los nichos más altos”.
Flores, velas, oraciones y recuerdo son los ingredientes que
conforman cada año la celebración del Día de los Difuntos.
Una jornada para el recuerdo de aquellos que se fueron pero
que continúan presentes en días como el de ayer.
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