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SOCIEDAD - MIÉRCOLES 2 DE NOVIEMBRE DE 2005


.El monte, hasta arriba. REDUAN

MOCHILA / CRÓNICA
 

Playas y montes se llenan
de ceutíes en el Día de la Mochila

Los ciudadanos cumplieron un año más con la tradición, a pesar de la prohibición de hacer fuego n Los frutos secos no faltaron en ninguna talega
 

CEUTA
VERO F. Y MADA M.

local
@elpueblodeceuta.com

Todos los años se repite pero nunca es igual. En esta edición, la prohibición de hacer fuego ha hecho que los tuppers se hicieran los dueños de la mesa. Tortillas, callos metidos en termos, latas de conservas, embutidos, tacos de queso y hasta caracoles. La imaginación culinaria de los ceutíes al servicio de una fiesta de gran tradición entre la ciudadanía.

Punto de partida: la playa de Benítez. Aquéllos que se resistían a abandonar la tradicional barbacoa se instalaron en la playa, aprovechando el buen tiempo. Despliegue de parrillas, chuletas, calamares, patatas asadas, paellas y bolsas de carbón. No falta ni un detalle.

Entre los ceutíes playeros, encontramos a miembros del sindicato UGT que disfrutan del día en familia. Son de los que no han podido suprimir la parrillada y han cambiado el monte por la arena. Un padre de familia que está prendiendo el carbón, dice que sólo ha venido por los niños, pero desde pequeño no se ha perdido ni un solo Día de la Mochila.

La siguiente parada es la playa de Calamocarro, que ayer estaba más llena que en un día de verano. En esta zona, vemos más tiendas de campaña; algunos niños se están bañando en el mar.

Hacia la cima de la Tortuga

Iniciamos el ascenso por García Aldave, en el monte Tortuga, cualquier rincón es bueno para instalarse: una cuneta, una explanada o incluso un muro de la carretera, el caso es pasar un día agradable aprovechando el buen tiempo que hace fuera de casa. Por el camino encontramos a una veintena de adolescentes que suben con sus mochilas al hombro. Llevan desde las seis de la mañana de ruta, salieron de Aranguren y, aunque son casi las dos de la tarde, continúan alegremente su marcha. Detenemos el coche y nos bajamos a charlar con ellos. Pablo Pérez nos cuenta que, a pesar de que no tiene ni idea del origen de esta tradición no se pierde ni una ‘Mochila’ eso sí, nada de exquisiteces en su talega “sólo llevamos un bocata y, eso sí, frutos secos”, explica.

Más adelante, en un recodo de la carretera, Paco Navas, aparejador del Ayuntamiento, pasa el día en familia. Se nota que son unos auténticos expertos. Como este año no han podido hacer barbacoas, han llenado el coche con otros alimentos. Langostinos, empanadas, tortilla de patatas, bizcocho y hasta whisky llenan la mesa que han instalado a la sombra de un árbol. Todo ello, por supuesto, acompañado de un variado surtido de frutos secos.

En lo alto del monte Tortuga, encontramos al consejero de Gobernación, Juan Antonio Rodríguez Ferrón que supervisa la buena marcha del dispositivo desplegado ayer. Policía Local, bomberos, Guardia Civil y Cruz Roja tienen montadas allí enormes tiendas de campaña preparadas para atender cualquier incidencia. En ese momento, miembros del Seprona se hacen cargo de una lechuza encontrada por un mochilero. Todo transcurre con normalidad así que proseguimos nuestro recorrido por las montañas de Ceuta.

Fin de trayecto

Destino: la Cala del Desnarigado. El ascenso por el monte Hacho nos ofrece una hermosa visión de la Ciudad Autónoma que disfruta, en este soleado día, de una jornada de campo privilegiada ya que a dos pasos también está la playa.

En el aparcamiento no cabe ni un coche más. Donde quiera que se mire, se ve gente con sus campamentos instalados. Cualquier sistema es válido: los hay que han colocado sus mesas al sol, en una pendiente situada cerca del museo militar del Desnarigado; otros han optado por resguardarse del viento junto a uno de los muros; los más preparados llevan hasta autocaravana; pero hay quién va más allá y traslada su casa al campo.

Una decena de veinteañeros lleva instalada en un rincón de la Cala desde el viernes. A pesar de la lluvia, del trabajo y del cansancio, celebran sonrientes el ‘día de la Mochila’. Para esta particular expedición fuera del hogar paterno, no han escatimado en equipamiento. Se han llevado sus tiendas de campaña con colchones incluidos, no es cuestión de estar cuatro noches durmiendo en pleno suelo; pero, además, el chiringuito que se han montado dispone de todas las comodidades que muchos quisieran para sus propias casas: un moderno equipo de música con amplificador, dos televisiones, para que no haya problemas entre chicos y chicas, y hasta una consola de videojuegos con la que pasar el rato. En este despliegue de medios no podía faltar un generador de corriente eléctrica que les proporciona luz durante la noche y energía para utilizar todos estos electrodomésticos. Y para terminar el recorrido por esta ‘casa al aire libre’ encontramos una parrilla con la que cumplen la tradición del ‘día de la mochila’.

Y para terminar el día, nada mejor que compartir mesa con gente procedente de distintos puntos de España. Cantabria, Asturias, Galicia, Andalucía y Ceuta están representadas en el coro parroquial de Nuestra Señora Virgen de África. Aprovechamos la ocasión para compartir historias de fuera y también de ‘la mochila’ ya que son ellos quienes nos cuentan que dicha tradición tiene su origen en la fortaleza del monte Hacho y en las caminatas que los familiares de los presos realizaban en el día de Todos los Santos para visitarlos. Gracias a ellos, disfrutamos de nuestro primer ‘día de la Mochila’ en la ciudad. Sin duda una experiencia muy enriquecedora, sobre todo por los tres kilos de frutos secos que nos comimos con ellos al tiempo que disfrutábamos de una magnífica vista desde la Cala del Desnarigado. Es una pena que no se hicieran barbacoas, pero el año que viene, repetiremos la experiencia sin pensarlo.
 

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