La polémica que se ha generado entorno a la expulsión de
Ramón María Calderé el pasado sábado, en Villanueva de
Córdoba, quiere ser zanjada por el propio técnico del Ceuta,
dando a entender que no se va a referir más sobre este tema
en concreto.
La versión del implicado, sobre lo acontecido en el último
partido de Liga, se basa principalmente en que hubo un
protagonista, que quiso serlo más que nunca, el colegiado
del encuentro Juan Antonio Méndez Núñez: “Lógicamente hay un
equipo muy perjudicado un partido más, que es el nuestro,
porque la victoria del Villanueva viene precedida de errores
arbitrales que le dan esos tres puntos al equipo local”.
Calderé habla de la sensación que tiene de que jornada tras
jornada el Ceuta sale perjudicado por las decisiones
arbitrales: “Una jornada más nuestro equipo sale muy
perjudicado, ya no sólo en la jugada del primer gol, aunque
queda claro que el balón viene de un jugador del Villanueva
que lo toca con la mano y llega a un compañero que está
claramente en fuera de juego. El linier correctamente
levante el banderín y el árbitro haciendo caso omiso de su
asistente deja seguir la jugada. Y en el segundo gol está
claro que dando ocho minutos de plazo de más para que
termine el partido, tiene que ser tajante con esa decisión y
señalar el final cuando se cumple lo añadido. Nos perjudica
con la expulsión y con el primer gol del equipo contrario
que es ilegal y creo que da dos minuto y veinte segundos de
más de lo que había decidido añadir”, subraya el técnico del
Ceuta.
Así las cosas, todo el trabajo que el equipo había realizado
para conseguir los ansiados tres puntos, o al menos uno, se
va al traste: “Todo el esfuerzo y el derroche del equipo por
salvar el punto queda en nada y te vas de vacío, de forma
totalmente injusta”.
Con relación a los incidentes con el trío arbitral y con la
Guardia Civil, Calderé, no niega los hechos, pero pide
cierta reflexión sobre las circunstancias en las que se
producen: “Mirándolo fríamente puede parecer una cosa, sobre
todo viéndolo desde fuera y con tiempo por medio. Pero
nosotros estábamos al final del partido y me acerqué al
árbitro con la intención de que me hiciera saber el por qué
de esas decisiones y evidentemente la fuerza pública no
estaba por la labor de dejar que me acercara al colegiado.
Hay que entender que tienes sentimientos que afloran y se
siente una gran indignación”.
Calderé no siente ningún pudor en afirmar que no tiene
inconveniente en pedir disculpas por su actitud: “Reconozco
que si tengo que pedir disculpas al club, a los jugadores y
a la propia afición pues lo haré sin ningún tipo de
problemas. Pero tengo que ser honrado con mis sentimientos,
porque quiero al Ceuta, porque estoy defendiendo al Ceuta,
porque tengo que hacerlo. Quizás no fuera esa la forma más
correcta de hacerlo, pero es que ya no es un partido. Dentro
de lo que está siendo mi actitud con el estamento arbitral,
considero que está siendo muy buena, exceptuando los hechos
a los que me estoy refiriendo”.
El entrenador de la Asociación pone de manifiesto que la
situación que vio el sábado colmó el vaso de su paciencia:
“Llevamos unas semanas que creo que todo el mundo lo está
viendo en las que el Ceuta está saliendo muy perjudicado por
las decisiones de los árbitros y todo tiene un límite, y en
mi caso que soy muy temperamental, muy visceral, y sé que
tengo que dejar ese aspecto pero el sábado fue el colmo.”
Con relación a los insultos que según refleja el acta
arbitral, proferidos por el propio técnico así como por el
segundo, Nayim, Calderé comenta lo siguiente: “Con relación
al tema del acta, es increíble que se inventen calificativos
que en ningún momento hubo, y doy mi más sincera palabra.
Protestas sí las hubo, nunca insultos y con respecto a Nayim,
aún menos que yo. Se falsea el acta, con respecto a esto
nada se puede hacer, si esto llega a alguien ojalá se pueda
cambiar este punto del reglamento. Con relación a lo que se
comenta de una agresión a un miembro del orden publico,
ellos tiene que cumplir con su obligación, pero si hay quien
pueda sentirse indignado ése soy yo. Los que a mí me cogen y
me zarandean al final del partido son ellos y no al revés,
intentando que no pueda acercarme para hablar con el
árbitro, y uno de ellos llega a empujarme. Y en cambio no he
comentado nada al respecto”.
En cuanto a la sanción, el técnico espera justicia y cree
que el Comité le impondrá hoy tan sólo un partido por la
expulsión. El juez único de Segunda ‘B’ tiene previsto
analizar los hechos esta tarde en la sede de la Federación
Española.
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