Si ustedes han prestado un poco de
atención habrán podido comprobar como, en estas fiestas
nvideñas, los medios de comunicación hablados, escritos o
visuales, han bajado el ·”pistón” de las noticias y se han
límitado a contar cosas de las fiestas que celebramos.
Quizás porque todos los que nos dedicamos a esta bendita
profesión, hemos pensado que bastante tenemos durante todo
el año dando estopa, como para no descansar de ella y, de
esa forma, dejar tranquilo al personal en las fiestas
navideñas que, además, tienen el lema de “paz en la Tierra a
los hombres de buena voluntad”.
Pero hay ocasiones en que las noticias son de tal
envergadura, que no tienes más remedios que olivdarte de que
has prometido ser bueno en Navidad. Manda... la cosa.
Parece increíble, que a estas alturas de nuestras vidas y en
un país demócratico de derechos y libertades, se quiera
poner en práctica el ConsejoAudiovisula de Cataluña
pararegular las libertades fundamentales. Increíble, pero
cierto.
Por mi santa que no lo entiendo puesto que eso es, simple y
llanamente, volver a la época de la ferrea censura.
Manda...la cosa.
No está en mi ánimo el hacer prediciones de lo que esto va a
suponer porque, esta censura, no es más que un acercamiento
más a una república bananera, donde sólo se puede leer la
prensa oficial y escuchar lo que ella quiere que se escuche,
evitando cualquier critica que se le pueda hacer a los
gobernantes y que el pueblo, ese al que dicen que tiene
tanta y tanta libertad no se entere, por un suponer, que le
han condonado algunos millones a un importante personaje. O
sea, para no andar con rodeos, mordaza al canto.
Insisto en no querer hacer prediciones sobre el asunto
porque, entre otras cosas, uno no tiene el don del adivino,
ni mucho menos es Notre Damus.¡Que más quisiera,servidor,
que ser un nuevo Notre Damus!.
Recuerdo y escrito está que, con la llegada de la
democracia, dije que se había equivocado al personal,
haciéndoles creer que cada quisquipodía hacer lo que le
viniera en ganas.
Con lo que ellos, en su falta de intelecto, confundieron
libertad con libertinaje. Gracias a que, con el paso del
tiempo han comprendido que no era eso y que hay que respetar
unas reglas establecidas y mantenerse dentro de un orden.
Viendo como estába la situación y la creencia que tenían
algunos ignorantes, dije y escrito está que aparecerían, por
nuestras calles, las pistolas y habría tiros. Cosa que ha
sucedido y sigue sucediendo.
Fueron muchos, de esos progres de pacotillas, lo que menos
bonito me dijeron de todo, cuando leyeron lo de las pistolas
y los tiros.
El tiempo, ese que da y quita razones, me ha venido a dar
toda la razón del mundo, sobre aquello que escribí de las
pistolas y los tiros.
Escribí, si mal no recuerdo, sobre lo que les pasaría a los
maestro, por culpa de aquellos que admitían, en un alarde de
progresismo absurdo y barato, que los chavales les llamasen,
Antonio o Pedro, y no don Antonio o don Pedro.
No, hijos mios, no es eso, hay unas drferencias entre los
maestro y los alumnos y, esas diferencias que ponen a cada
uno en el lugar que le corresponde, hay que mantenerlas.
De esa forma, manteniéndo esas diferencias se hubíese
evitado todo cuanto, hoy día, está ocurriendo, donde por esa
igualdad que les dieron, el niño tiene o cree poseer el
derecho, que por ser iguales, de insultar o darle un par de
bofetadas al maestro.
No hace muchas fechas, escribía los errores que se podían
cometer por el desconocimiento de como reaciona, el pueblo
español, ante determinadas circunstancias.
La ley del tabaco, servidor está a favor de evitar todo
loque se pueda que se fume porque perjudica gravemente la
salud y mueren, por el maldito tabaco, muchos miles de
personas al año.
Pues, bien, escribí sobre esa ley que, conociendo como
piensa y como reaciona el pueblo español, llevaría a
aumentar el número de fumadores y, para desgracia, no he
fallado en esa predición, puesto que ha aumentado la venta
de tabaco un veinte por ciento.
Escribí, no hace mucho, diría que muy pocas fechas, en estas
mismas páginas de “EL PUEBLO”, que esa campaña contra la
COPE iba, sencillamente, a tener efecto boomeran y ese
efecto del que hablaba se ha cumplido, hace par de días, la
COPE, había conseguido casi cuatrocientos mil oyentes más.
Y que conste, que no escucho ni la COPE ni ninguna otra
emisora porque, después de cuarenta años hablando en RNE,
estoy saturado de radio.
Por supuesto que todo estos aciertos no tienen nada de que
sea un adivino, es simplemente el conocimiento perfecto del
pueblo español y las reaciones que va a tener ante
determnadas circunstancias.
Podía decir lo que va a suceder con es ley que se quiere
imponer para amordazar a los medios, pero lo vamos a dejar
para mañana.
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