El informe de Balística de la
Guardia Civil es concluyente: las balas que provocaron la
muerte de dos subsaharianos que trataban de cruzar la valla
que separa Marruecos de Ceuta no pudieron proceder de suelo
español. Durante casi tres meses, las autoridades marroquíes
se han dedicado a negar lo que por aquí parecía evidente,
que los disparos no fueron efectuados por la Guardia Civil
Española. Más de quince folios de informe determinaron
cuestiones como la distancia a la que se produjeron los dos
disparos letales, 44 metros en el primer caso y un mínimo de
6 metros en el segundo.
El Cuerpo de la Guardia Civil de Ceuta ha señalado que los
efectivos que cumplen misiones de vigilancia en el perímetro
fronterizo siempre han respetado “escrupulosamente” lo que
la normativa les permite. Su trabajo, a menudo ingrato y
peligroso, fue puesto en entredicho por las dos polémicas
muertes, de una repercusión sin precedentes.
El informe de balística viene a limpiar la ‘honorabilidad’
de unos trabajadores que han vivido situaciones de gran
inseguridad durante las avalanchas masivas sin apenas poder
defenderse y cuya profesionalidad se hallaba en entredicho
ante la negativa del país vecino de asumir la autoría de los
disparos.
Otro de los asuntos del día es el nuevo rechazo del Congreso
a las enmiendas presentadas por los senadores Pedro Gordillo
y Nicolás Fernández Cucurull a los Presupuestos Generales
del Estado. Éste es el segundo rechazo de dichas enmiendas,
ya que primero fueron presentadas directamente en la Cámara
Baja y tras su no aceptación, llegaron al Congreso vía
Senado. En su argumentación el PSOE adujo que el Gobierno
tiene previsto grandes proyectos con perspectivas de futuro,
cuestión de la que desconfían los populares, que cuentan por
ninguna las actuaciones socilistas en la ciudad. Al final,
los partidismos extrapolados a las políticas locales suelen
acabar en inoperancia.
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