- No sé si ,cuando llegue el
periódicoa sus manos, habrá salido el “gordo”.
Pero lo que sí sé, con toda seguridad, es que hoy es el
sorteo de Navidad, donde tantos millones de españoles
tenemos depositada nuestras esperanzas en coger, aunque sea,
un “pellisquito”.
Si no lo logramos, que será lo más seguro volveremos, un año
más, a repetir la misma frase de siempre. Una frase quenunca
cambia a pesar de los años trasncurridos quizás, porque es
la frase a la que nos agarramos los pobres como a un clavo
ardiendo: “Bueno, seguro que en la del “Niño” nostoca algo”.
Y si , como es lo más normal del mundo, en la del”Niño” no
nos toca nada, recurrimos a la otra manoseada frase, con la
que los pobres nos engañamos, diciéndonos una mentira
piadosa: “Mira, sabes lo qué te digo, que lo importante es
la salud. Y teniendo salud para qué se quiere el dinero”.
Es una mentira piadosa que nos hacemos nostros mismos, los
que menos tenemos para restarle importancia al dinero, a
sabiendas que el dinero, para los pobres es de vital
importancia, por mucha salud que tengámos.
Y así, dicendo esas frases, un año y otro año. Y la diosa
fortuna pasando de largo sinquerer saber nada de nosotros.
Y nosotros esperando que, cada año, se nos acerque un poco,
para ver si “trincamos” un pellisquito, que nos permita
pagar las trampas. Que algunostenemos trampas hasta para
cazar elefantes. Que ya es decir.
Pero como la esperanza es lo último que se pierde,
seguiremos jugando la correspondiete participación , de tal
o cual cofradia, con la ilusión puesta en que un siglo de
estos nos toque algo.
El mayor de los problemas, que se nos plantea, a la hora de
comprar el número de la participación es conocer los
comentarios que corren por todos los lares.
No le quepa la menor duda, amigo guardia, que la mayoría de
nosotros, en estas fechas navideñas, a la hora de comprar la
participación estámos atentos a cuanto dicen los “adivinos”
de turno, que nunca adivinan nada, pero que nos vale para
aumentar nuestras esperanzas de que nos toque aunque sea la
vuelta del dinero.
Que he escuchado en la tele, que un vidente ha dicho que va
a terminar en 0. Perdona, María, pero yo he escuchado la
radio, y ha salido una señora que acertó el año pasado y
dice que terminará en 1.
Interviene otra diciendo, pues yo, para que voy a mentir, he
escuchado a una vidente, a la que le tengo una gran fe, que
ha dicho que el numero será el día del nacimiento de la
princesa Leonor, Por cierto agotado en las distintas
Administraciones.
Los más ceutíes,con la fe del carbonero, siguen comprando la
participación que termine en 45, al que todos llamámos, con
el debido respeto que nos merce su figura, Sánchez Prados.
En fin, para qué seguir, esas so las cosas que ocurren a la
hora de comprar la participación de lotería, donde no
sabemos cúal será el número premiado, pero nos conformamos,
con la última cifra que tiene la devolución del dinero.
Oiga, amigo guardia, algo es algo, menos da una piedra.
Y como no pude ser de otra forma, hay que tener en cuenta el
reparto que vamos a hacer si, por un casual,. nos toca el
“gordo”.
Reparto, por supuesto, que hacemos mucho antes de que tenga
lugar el sorteo, que es cuando la cosa tiene gracia.
Repartirlo después del sorteo, si no nos ha tocado, ya me
dirán ustedes cómo lo hacemos. O sea cómo repartimos nada y
que ilusión podemos aportar, a todos aquellos que están
pendientes de que , un siglode estos, nos toque la lotería
para recibir esa parte del dinero del premio que ellos creen
que les corresponde.
Y ahí, en ese momento en que usted ha tenido la suerte de
que le toque, le empiezan los problemas.
Qubraderos de cabeza a la hora de hacer el reparto donde,
por supuesto, tendrá usted que contar con la parienta que
también tiene familia y a la que hay que darle un
“pellisquito”. Que no va a ser todo para la familiadel
marido. ¡Faltaria más!.
Números y más números que tiene usted que hacer, para ver la
forma de que le cuadre el reparto y todo quisqui quede
contento, incluidos los familiares de la parienta. Al final,
le falta dinero.
Supongámos que a usted le han tocado cincuenta “kilos” de
las antigüas pesetas, que no es ninguna cosa del otro mundo.
Usted decide darle un pellisquito, de dos millones de
pesetas, a cada familiar. Con lo cual, usted, ha repartido
la mitad del premio.
Ni le cuento lo que van a decir de usted. Lo más bonito que
dirán: “Menudo miseria es el gacho.Con lo que le ha tocado y
sólo nos da par de millones”
Nadie le dará las gracias, porque piesan que es una
obligación la que tiene, usted, derepartir el dinero. Otra
cosas es si les toca a ellos y no le dan un euro.
Ojalá les toque un buen premio y verán lo que opinan de
usted, cuando decida darle un “prellisquito” del mismo.
|