“Es un techo presupuestario razonable”, indicó el presidente
del Gobierno español al filo de las tres de la madrugada
cuando informó del saldo positivo para España después de las
negociaciones mantenidas en las anteriores 72 horas.
De hecho, Rodríguez Zapatero incidió en que “es una solución
de compromiso para los objetivos que hoy tiene Europa”, ya
que los presupuestos en su opinión “son suficientes” y
reiteró que la Unión Europea demuestra que “la solidaridad y
la cohesión siguen siendo sus señas de identidad”.
En la relación de hechos que explicó el presidente del
Gobierno, hizo especial hincapié en lo prevenido por la UE
respecto de la inmigración.
Zapatero destacó las ayudas para Canarias (100 millones de
euros) y las que recibirán las Ciudades Autónomas de Ceuta y
Melilla (50 millones de euros). “Son una ayuda importante
para nuestro país porque confío en que España pueda
disponer, además, de unos 450 millones de euros para
políticas de gestión de fronteras y atención a inmigrantes”,
dijo.
El jefe del Ejecutivo español no facilitó aún las cifras
concretas relativas a cada Comunidad Autónoma, pero sí
aseguró que el Gobierno destinará una parte del Fondo de
Cohesión a las comunidades que de ser Objetivo 1 de la
política de cohesión eruopea (Asturias, Murcia, Ceuta y
Melilla). Cabe recordar que estas regiones han salido de
este programa por haber superado su renta per capita el 75%
del promedio europeo, ya sea por crecimiento económico
natural o por el efecto estadístico derivado de la
ampliación hacia los países del Este de Europa.
Marruecos y la inmigración
Por otro lado, Zapatero cifró en 400 millones de euros, los
destinados a la política de vecindad de la UE, más los 400
del Fondo de Desarrollo Regional, en ayudas parea los países
de origen y tránsito de los inmigrantes. Zapatero confió en
que países como Marruecos podrán beficiarse de esas ayudas.
El presidente destacó, finalmente, “el éxito
incuestionables” para los intereses españoles el
mantenimiento de los Fondos de Cohesión hasta el año 2013,
aunque en principio España no podía aspirar a él porque su
renta per cápita supera el 90% del promedio europeo y se
sitúa, en concreto, en el 97%.
Este hecho sirvió para que Rodríguez Zapatero incidiera en
que “Europa refuerza así y mantiene su solidaridad con
España”, pese a su incuestionable crecimiento económico.
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