Ramón María Calderé, el entrenador de la Asociación
Deportiva Ceuta, aseguró ayer al término del entrenamiento
en el Alfonso Murube que no ha sido nada fácil elegir los
descartados para que abandonen la disciplina caballa en el
mercado de invierno. Entre las bajas que pretende gestionar
la entidad blanca destacan los nombres de Sergio Tejero,
Luca Cominelli y Sergio Molina, todos ellos adelantados por
El Pueblo de Ceuta, aunque el preparador catalán añadió a
este lista los de Garrido, el tercer portero, y Nacho Rilo,
que se marchará cedido. “Esta situación no es agradable para
nadie, ni para los jugadores, ni para el entrenador.
Finalmente, son cinco los jugadores a los que he expresado
este mensaje y, si existe algún culpable o responsable en
todo esto, ése soy yo. Los chicos no tienen ninguna culpa,
que quede claro”, recalcó Calderé en varias ocasiones, quien
no cesó de repetir que “el único responsable en este tema
soy yo”.
“Le dije al club que había que tomar decisiones e incorporar
nuevos jugadores en ciertas posiciones que ya conocemos
todos para mejorar el equipo, Sin embargo, para ello, tienen
que salir otros. Rectificar es de sabios y ahora es el
momento de rectificar lo que no solucionamos en el mes de
julio”, aseguró el preparador caballa, quien añadió que “los
jugadores están decepcionados, como es lógico y
comprensible”.
Ahora la pelota está sobre el tejado de la directiva ceutí,
que tendrá que negociar con los descartados la rescisión de
sus respectivos contratos y buscarles una salida a otro club
a partir de enero. Sin embargo, los trámites parecen
bastante avanzados en los casos de Garrido y Rilo. “A
Garrido ya le comunicamos el sábado nuestra intención y el
martes la ratificamos. Es un portero que ha recibido ofertas
de otras categorías en Murcia y queremos que las aproveche.
Por su parte, Rilo irá cedido a otro club porque no es
conveniente que siga parado. El club le está buscando una
salida para jugar en la categoría y, de hecho, Gabino me
dijo que el Díter Zafra está interesado en él. Otra opción
es que se marche a un equipo andaluz de Tercera que sea
competitivo”, apunta el míster, quien precisa que el sábado
“no jugará Rilo porque ya ha disputado cuatro partidos” y
disputar un quinto le impediría ir cedido a otro club de
Segunda B.
En el supuesto de que se confirmen todas estas bajas, la AD
Ceuta contará con seis fichas libres para fortalecerse a
partir de enero: tres para jugadores de categoría sub’23 y
otras tres para futbolistas senior o mayores de 23 años. No
obstante, cabe la posibilidad de que alguna de las fichas de
sub’23 sean cubiertas por hombres del segundo equipo, ya que
el club estaría obligado a completar un cupo obligatorio de
seis fichas sub’23 en la primera plantilla.
Sobre la llegada de las incorporaciones invernales, Calderé
avanza que aún “no se ha cerrado nada”. “Cuando sea así, el
club hará la notificación pública. Lo único que he
solicitado al club es que a la vuelta de las vacaciones,
cuando tengamos tres o cuatro días de entrenamiento, pueda
contar con todos los efectivos. Es decir, que dentro de lo
posible ya estén en Ceuta los tres o cuatro fichajes que
realicemos. La idea es que tengan tiempo de adaptarse y
trabajar rápidamente para poder afrontar el primer partido
del año contra el Talavera”, señala.
Por otra parte, Calderé manifestó su preocupación por que
las molestias que arrastran Alfonso Sánchez y Moisés, que
ayer no pudieron entrenar al ciento por cien, no les impidan
jugar ante el Conquense. “Son impedimentos con los que
tenemos que saber jugar”, matiza.
Además, el técnico respaldó la decisión de alinear a Miguel
en punta y a Alfonso en el extremo izquierdo ante el
Algeciras. “Miguel es polivalente y lo hizo bien de punta
nato, mientras que Alfonso estuvo francamente bien en su
posición natural. A veces tienes que ir probando cosas
cuando los resultados no acompañan”, concluye.
Alfonso, la única duda por una contractura de espalda
Alfonso Sánchez es la gran duda para que Calderé termine de
confeccionar el once ideal que se medirá al Conquense. El
martes, el extremo izquierdo sufrió un latigazo en la
espalda cuando realizaba multisaltos y ayer guardó reposo.
Aunque se dejó ver por el Murube, no pudo entrenar con el
resto de sus compañeros y es la única duda en el cuadro
caballa. “Sufre una contractura dorso-lumbar y mejora muy
favorablemente. Creo que llegará a este sábado”, afirma el
médico del club, Juan Barrientos. El galeno también confirmó
que Moisés, aquejado de una sobrecarga, no pudo completar la
sesión, mientras que Perita y Guri retornaron con plenas
garantías al trabajo de grupo. Antony, con un esguince de
tobillo, siguió con su rehabilitación, mientras que Mario
sufrió un golpe en la muñeca y se sometió a una radiografía
para calibrar su alcance.
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“Otra final en que sólo vale ganar”
Calderé es consciente del delicado
momento que atraviesa la AD Ceuta, por segunda semana
consecutiva en puestos de descenso, y no duda en afirmar que
el choque de este sábado en el Murube ante la UB Conquense
se afrontará como “otra finalísima en la que sólo vale ganar
o ganar”. “Así fue ante el Algeciras y ésta es la tónica
habitual de los últimos partidos”, asegura el técnico
catalán, que está estudiando las armas de su rival. “Sé que
están fuertes después de ganar al Linares y al Alcalá, pero
aún debo ver unos vídeos y el informe de Gabino. Es un
equipo al que no he llegado a ver en persona”, indica.
Además, el preparador tarraconense admitió que los
compromisos a priori asequibles contra rivales como el Baza,
el Alcalá o el Algeciras no lo fueron tanto a la postre. “No
fueron superiores, pero nosotros tampoco. Sólo dominamos en
algunas fases y no se tradujeron en el resultado”, comenta
Calderé, quien precisa que el gran hándicap de la Asociación
en las últimas fechas está siendo, amén de la sequía
goleadora, el escaso punch que está demostrando como local.
“Lejos del Murube, el equipo está haciéndolo bien, pero el
problema lo tenemos en casa. Debimos convertir nuestro
estadio en un fortín, pero se nos escaparon muchos puntos
empatando. Si en esos casos hubiéramos sumado de tres en
tres la situación sería totalmente diferente. Habríamos
sumado cuatro o cinco puntos más y el equipo respiraría
tranquilo en mitad de la tabla con veinte puntos, sin pasar
apuros y con la intención de mejorar los números a partir de
la segunda vuelta”, matiza el míster caballa.
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