La Delegación del Gobierno en Ceuta y el Gobierno Autónomo
de la Ciudad llegaron ayer a un acuerdo para llevar a cabo
la disolución del patronato de viviendas de Juan XXIII,
creado en los años 60.
Con la firma de este acuerdo, se pone fin a una situación de
‘alegalidad’ que se produjo tras la aprobación del Estatuto
de Autonomía. Fue entonces, cuando estas ochenta viviendas,
que eran de titularidad pública, quedaron en un limbo en el
que no estaba claro si la Delegación o la Ciudad tenían
potestad para actuar.
Los miembros de la Junta General del Patronato reunidos en
la sede de la Delegación del Gobierno acordaron por
unanimidad la disolución de este patronato que, según ha
explicado el Director General de Vivienda, Francisco
Márquez, “ha quedado totalmente obsoleto ya que ni los
cargos ni las competencias a las que se hacía alusión en sus
estatutos estaban ya en vigor”.
En los próximos meses, los vecinos afectados verán regulada
su situación y podrán, por fin, ver satisfechas las demandas
de rehabilitación de fachadas que venían realizando en los
últimos años.
Según ha dicho Francisco Márquez: “se ha acordado que la
Ciudad Autónoma sea la que ostente las competencias de
vivienda y la que, por tanto, desempeñe el rol que, hasta
este momento, estaba desempeñando la Administración General
del Estado en el patronato”.
Para poder proceder a la disolución del patronato de Juan
XXIII, ha explicado, “hay que liquidar primero los activos
del mismo y responder a las obligaciones, a las deudas, que
hubiera contraído con sociedades o particulares”.
Tras la disolución de este patronato de vivienda, habrá que
estudiar cuál es la fórmula más aconsejable para normalizar
la situación de los vecinos afectados. “No sé si las
viviendas pasarán a ser patrimonio de la Ciudad y, entonces,
los vecinos se convertirán en inquilinos, en arrendatarios
de esas viviendas, o si se les ofrecerá la posibilidad de
que puedan comprar las viviendas que ocupan”, explicó
Francisco Márquez al término de la reunión celebrada en la
sede de la Delegación.
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