Durante los treinta o cuarenta
minutos que suelo pasar en la redacción, cada día, pocas
veces suelo coger el teléfono cuando éste repiquetea. Por
cierto, qué mal suena el aparato cuando se está trabajando y
demanda atención. Pero el sábado, a esa hora vaga de
mediodía, decidí responder a una llamada: era Antonia María
Palomo preguntando por las señas de un correo eléctronico de
El Pueblo, y aprovechamos la ocasión para tener un parrafeo.
Y, metidos ya en cháchara, entramos de lleno a repasar mi
columna de ese día, titulada: Los problemas del PSOE de
Ceuta.
-En principio, me gustaría saber quién es la persona que te
ha contado que hay militantes en el partido que van a
empezar a mostrarse contra mí.
-Bien sabes, estimada secretaria, que jamás daré el nombre
de nadie que me ponga al tanto de algo que yo decida
concederle viso de realidad.
-Me consta que no lo harás; pero debo decirte que la persona
que te ha informado no está diciendo la verdad. Puesto que,
actualmente, en el partido sólo se piensa en cómo podemos
derrotar al PP, en las próximas elecciones. Seguro que ello
es un bulo que te han hecho difundir con fines interesados y
para tratar de crear confusión entre los socialistas. Prueba
evidente de que los peperos nos temen.
-Puede ser que me hayan vendido pescado podrido. Aunque una
cosa es cierta: los del PP no tienen nada que ver en este
asunto. Los tiros apuntan hacia otros personajes que no te
quieren bien, y que aprovechan cualquier momento para ver si
consiguen sacarte de tus casillas.
-No creo que lo consigan. Ya que llevo ya 20 años en el
partido y creo que habré aprendido algo.
-¿Sueles mirar a tu alrededor?
-Sí...
- ¿Y qué ves?
-Veo a Salvador de la Encina, amigo que está llamado a ser
ministro muy pronto. También cuento con la gran amistad y la
ayuda sapiente de Juan José León Molina.
-¿Cómo te llevas con los Cerdeira?
- Muy bien... Precisamente, el viernes, por la noche, estuve
cenando con Maria del Carmen Cerdeira, Jerónimo Nieto, y
otros amigos.
-¿Qué tal está María del Carmen?
-Estupendamente...
-Me gustaría entrevistarla; porque hace mucho tiempo que no
hablo con ella.
-Llámala.
-Ya veremos. Pues me consta que es mujer muy reservada, y yo
necesito hacerle ciertas preguntas a las cuales me parece
que no está dispuesta a contestar. A propósito: ¿cómo
marchan tus relaciones con el delegado del Gobierno?
-La mar de bien. Aunque me gustaría saber por qué esa manía
tuya, de un tiempo a esta parte, de recordar a cada paso que
no son buenas mis relaciones con Jerónimo Nieto. ¿No será la
táctica de alguien que anda buscando tensar la cuerda entre
nosotros para ver si se rompe?
-En absoluto, señora Palomo. Tú sabes bien que admiro tu
forma de hacerle frente a los problemas y que le concedo
mucha importancia a ese coraje que pones defendiendo las
causas que estimas oportunas.
-Bien, Manolo, a qué viene tu insistencia al respecto.
-En el fondo, porque sé que estás jugando una partida
desigual; no olvides que te tocará enfrentarte a un
candidato muy poderoso: Juan Vivas. Algo que tú, tan lista o
más que una lepera, te sabes de memoria. Y entiendo que
recibes poca ayuda por parte de los gobernantes de tu
partido. Lo cual es como mandarte a la guerra armada con
tirachinas.
-Te diré lo de siempre: te leo todos los días y fiestas de
guardar, porque dices unas cosas que me alegran la vida. Y
ello es motivo de agradecimiento.
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