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OPINIÓN - SÁBADO 10 DE DICIEMBRE DE 2005

 

OPINIÓN / EL OASIS

Problemas en el PSOE de Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es cierto que durante el vigésimo séptimo aniversario de la Constitución, aprovechado por Juan Vivas para homenajear a la primera Corporación democrática en el Palacio de la Asamblea, me contaron que Antonia María Palomo iba a ser sometida a una presión asfixiante por parte de un grupo opositor a su forma de actuar en el partido. Cuando le pregunté a quien me estaba enterando del asunto si sabía quién encabezaba el grupo opositor, mi comunicante se aferró al mutismo, como si pronunciando su nombre fuera a certificar su ruina como funcionario. Fue un miedo visible lo que yo vislumbré en su rostro.

La verdad es que no tuve más remedio que acordarme de la plaza de los Reyes. Puesto que, a pesar de todo lo que se venga diciendo, uno piensa que las relaciones entre el delegado del Gobierno y la secretaria general de los socialistas son de mírame y no me toques. Aunque los dos tratan de dar el pego de llevarse bien, haciendo de tripas corazón.

Pero se les nota a la legua que ambos mantienen una postura distante. Por más que se empeñen en guardar la compostura y, sobre todo, hacen muchos esfuerzos a fin de evitar cada cual dar el primer paso para romper la baraja. Algo que sería, en estos momentos, una situación que empeoraría aún más los bajos porcentajes de votos que le auguran las encuestas al Partido Socialista de Ceuta.

En ocasiones, me ha dado por pensar qué motivos pueden existir para que Antonia María Palomo y Jerónimo Nieto no hagan buenas migas. Y he llegado a creer que al abulense no le gusta nada la forma de mostrarse de la diputada ceutí. Y hasta me atrevo a pronosticar que la actitud de ésta le pone de los nervios y le hace bisbisear maldades.

Jerónimo Nieto es, las apariencias no engañan siempre, tan frío como el que suele hacer en la tierra donde nació. Mientras que su compañera de partido es todo lo contrario: destila pasión a raudales y se enardece a la media vuelta de manivela. Tampoco aquí casa lo de que polos opuestos se atraen. Lo cual no deja de ser un problema para los intereses políticos de un partido que necesita de la unión para salir ileso de lo que le espera en las próximas elecciones autonómicas.

Le espera a los socialistas luchar contra un candidato que está crecido y cuya popularidad va aumentando a medida que pasan los días. Caso curioso el de Juan Vivas: el poder desgasta a los políticos más encopetados y, sin embargo, él parece que no deja de crecer en la estima de los ciudadanos.

Un detalle que no pasa inadvertido entre la militancia socialista y algunos dirigentes han dado en pensar que ello es posible porque Antonia María Palomo suscita poco interés entre los ceutíes. Y han empezado a meditar soluciones antes de que se echen encima las elecciones y vuelvan a ser barridos por la maquinaria del Partido Popular. Una maquinaria cuya enorme energía es generada por un hombre que, como bien decía José Luis Morales, días atrás, es una joya para su partido.

De todos modos, mal harían los opositores en atentar contra la secretaria general: ya que me parece, además de injusto, un error el que hayan decidido abrir una brecha en el partido, a estas alturas. Y las razones son claras: partido dividido... partido quebrado. Y lo que es peor: díganme quién sería capaz de sustituir a la señora Palomo para enfrentarse a Juan Vivas.

No piensen en Salvador de la Encina ni, mucho menos, en León Molina: pues ambos son lo suficientemente inteligentes para saber que su lucha contra Vivas, en unas elecciones, sería estéril. Y prefieren seguir desempeñando su cargo, lógicamente, antes de despeñarse por la ladera del desastre y dar con sus huesos en la sima del más rotundo fracaso.
 

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