El metijón, nada más coger yo el
teléfono, va y me dice que no tuvo más remedio que encamarse
para poder soportar las consecuencias del trancazo que venía
padeciendo. Pero que ha seguido por la prensa y por la
llamada de algún político amigo, los últimos acontecimientos
habidos en la ciudad y, cómo no, ciertas habladurías.
-En principio, te diré que Manolo Gómez Hoyo, que así se
llama, y no Hoyo de primero, recibió tu mensaje y ha tomado
todas las precauciones posibles para que nadie intente
moverle el sillón de la gerencia.
-No sabes tú, metijón, lo mucho que me alegra oírtelo decir:
puesto que Manolo Gómez Hoyo goza de mis simpatías y no
quiero que nadie lo sorprenda dormido en sus laureles.
-Te diré más: Manolo me ha dicho que te agradece muchísimo
el que tú hayas levantado la liebre de cualquier posible
apuñalamiento.
-No hago más que corresponder a quien siempre se ha mostrado
educado conmigo, aunque mi manera de pensar, en según qué
asuntos, fuera diametralmente opuesta a la suya.
-Llevas un tiempo en el cual te pueden los sentimientos y
éstos salen a relucir en tus escritos.
-¿Acaso lo dices por la columna dedicada a Pepe Benítez y al
recuerdo que tengo de Antonio Fernández Muñoz?
-Sí. Y la verdad es que de vez en cuando uno gusta de leer
cosas agradables, por más que a ti te desagrade hacer un
gasto excesivo de epítetos.
-A mí no, estimado metijón, los que se enfadan son los
enemigos de los elogiados. No te olvides que es más fácil
ser agradable que desagradable, pero tampoco me agradaría
ser miembro de la cofradía dedicada a decir que to er mundo
es güeno.
-Sobre todo, porque el hombre es malo por naturaleza.
-Bueno, se nota que has tenido tiempo, en estos días de
reclusión casera, de leer a Gracián.
-A propósito: ¿cómo estuvo el acto de homenaje a la primera
Corporación democrática?
-Muy bien. El discurso de Juan Vivas fue el adecuado para la
ocasión. Y es que el presidente le ha tomado la medida a las
celebraciones y sabe cómo pronunciarse en cada caso.
-¿Te hicieron algún comentario que fuera digno de tenerse en
cuenta?
-Hubo uno que le di escasa importancia en su momento; si
bien, a medida que han ido pasando las horas, me está
haciendo cavilar: alguien me dejó caer que Antonia María
Palomo tiene una oposición que está actuando ya sin tapujos
contra ella.
-¿Lo crees justo?
-Lo primero que debo decirte es que no creo que esa
situación sea cierta. Pero de serla, me parece una tremenda
injusticia atentar contra una persona que estuvo dando la
cara en los momentos que otros muchos socialistas (!)
andaban escondidos.
-¿Qué te parece, aunque sé que has decidido no darle más
bola a Juan Luis Aróstegui, la oposición de éste a que los
comercios no abran el día dos de enero?
-Me imagino que será una decisión meditada y acordada por
muchas más personas con cargos en CCOO.
-Manolo, por favor, no te me vayas por los cerros de Ubeda:
en ese sindicato lo decide todo Juan Luis Aróstegui.
-Me parece una auténtica tropelía oponerse a que ese día los
comercios puedan abrir.
-Piensas lo mismo que yo y que UGT, claro está.
-¿Entonces?
-Lo que todos sabemos. Que, en estos momentos, entre los
comerciantes no figuran aquéllos que supieron siempre
ganarse la voluntad de un Aróstegui que hace en el sindicato
lo que le sale de las parte nobles.
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