Tercer incendio, en el último mes, en una propiedad del
empresario local Mohamed Mohamed Abdeselam. Primero fue la
hamburguesería Gran Max de la avenida de Regulares, en la
barriada de Hadú; luego, el coche quemado de su hermana;
después su lavandería y ahora la hamburguesería ubicada en
el Poblado Marinero. Todos y cada uno de estos locales han
sido objeto de incendios de mayor o menor consideración y su
dueño, ya no sabe qué hacer para luchar contra estos
“enemigos”.
“Hay muchos rumores por ahí pero yo no he recibido ninguna
amenaza, dicen que se trata de una banda que se dedica a
extorsionar a la gente”, explica Mohamed Abdeselam.
En ninguno de los incendios ha habido que lamentar víctimas
pero este empresario se muestra igualmente preocupado y
perseguido. Afirma que ya no le quedan propiedades que
puedan ser objeto de nuevos incendios “excepto mi casa”
pero, a pesar de ello, tiene miedo. Miedo de que la próxima
vez sea más grave y también de que “no pueda dar de comer a
mis hijos”. “Ahora mismo tengo los dos establecimientos de
Hadú cerrados y mis seis empleados se turnan para trabajar
aquí en el Poblado”, explica.
El incendio se produjo durante la noche del martes al
miércoles hacia las dos y media de la madrugada y ayer
mismo, se realizaron las tareas de limpieza necesarias para
poder reabrir el local a lo largo de la jornada.
En esta ocasión, Mohamed Abdeselam no ha formulado ninguna
denuncia ante la Policía ya que cree que “no va a servir
para nada”.
Las otras denuncias que puso por la quema de sus otros
locales no han tenido los resultados deseados y la Policía,
según cuenta el empresario, no tiene pistas sobre quién
pudiera estar detrás de estos incendios contra sus
propiedades.
Mohamed Abdeselam asegura que se siente “frustrado” ante la
falta de información acerca de los causantes de estos
incendios y asegura que no tiene ni idea de quién puede ser
el causante ni cuál puede ser el motivo de esta
“persecución” ya que “yo no he recibido amenazas ni tengo
ningún enemigo ni ningún problema con nadie por lo que no sé
quién puede estar haciéndome esto ni por qué”.
Ante esta persecución contra su persona, el empresario ceutí
afirma que no sabe qué va a hacer y sigue diciendo que teme
“por mis hijos”. De momento, afronta con resignación estos
incendios y se limita a recoger y limpiar los desperfectos
que estos desconocidos causan en sus propiedades y pide que
“finalicen estos ataques cuyo motivo desconozco porque yo no
he hecho mal a nadie”.
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