Un joven de 26 años ha sido condenado a un año de prisión
por un delito de atentado tras golpear a un agente de la
Policía Local que intentaba detenerle.
Los hechos sucedieron en la medianoche del 31 de marzo de
2003 cuando un chico que circulaba en una moto MBK por la
zona del Polígono fue dado el alto en un control policial.
En un principio, el conductor aminoró la marcha pero, al
llegar a la altura de los agentes, se dio a la fuga
circulando en dirección prohibida por la avenida de España y
llegando a circular por la acera y teniendo que apartarse
varios peatones.
El joven abandona la moto y sale corriendo por la avenida
Barcelona por lo que los agentes se separan y, mientras uno
corre tras el chico, el otro lo sigue en el vehículo
policial. Al no alcanzar al chico, el que iba corriendo
regresa a inmovilizar la moto, momento en el que es
increpado por una treintena de personas una de las cuales lo
insulta y amenaza al tiempo que intenta impedir que se lleve
el vehículo.
La detención
Se piden refuerzos y el chico que lideraba al grupo, que
responde a las iniciales R.A.A, se niega a identificarse e
intenta agredir a los agentes al tiempo que los amenaza de
muerte.
Los policías tuvieron que ser asistidos por las lesiones
producidas tras el forcejeo por lo que presentaron dos
partes de asistencia por “erosiones en los dedos y
contusiones”. En la denuncia también se adjuntó un tercer
parte médico a nombre del detenido que tuvo que ser atendido
por sufrir una “crisis nerviosa”.
Una vez que los agentes logran introducir a R.A.A. en el
vehículo policial, el chico comienza a dar cabezazos contra
la mampara plastificada del coche y a dar patadas contra las
puertas.
Un hecho que el acusado negó que hubiera sucedido así ya
que, explicó, era “epiléptico” y tenía “problemas de
respiración”.
Fallo
El joven manifestó en su declaración que los policías lo
habían agredido sin motivo y no reconoció la autoría de los
hechos relatados en el informe. Por este motivo, R.A.A.
formuló una denuncia contra ambos agentes por “golpes” y por
haber recibido una “paliza”. Igualmente, denunció los hechos
por un supuesto delito de detención ilegal y lesiones con
abuso de autoridad.
Una vez tomada la declaración a todos los involucrados en
este suceso, la jueza de la sala primera de lo penal de
Ceuta, Lidia María León Chaparro, condenó al acusado a un
año de prisión por un delito de atentado así como a pagar
una indemnización de 240 euros a uno de los agentes.
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