PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES 1 DE DICIEMBRE DE 2005

 

OPINIÓN / EL OASIS

El folio diario
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Alguien dijo que en el periodismo español no acaba de funcionar la fórmula británica de la impersonalidad y el anonimato como suplencias hipócritas de la sagrada objetividad. Los españoles gustan de la columna más que de los informes sesudos porque le ven la cara a quien escribe y pueden disentir de él diariamente y, cómo no, desahogarse mascullando palabrotas contra su persona.

A veces se reciben parabienes, pocos; pero sirven para compensar los muchos disgustos que el escribir suele acarrear. No es la primera vez que uno ha tenido que soportar las amenazas veladas, los insultos callejeros, o padecer la paliza brutal de unos defensores de la ley convertidos en matones de ocasión.

En las ciudades pequeñas, en las que el vivir se siente intensamente, las miradas furibundas de muchos ciudadanos son el fiel reflejo de lo que piensan sobre la opinión que hayas dado ese día. Y ya no digamos nada de los políticos de turno. Pocos son los que saben admitir una crítica áspera y mucho menos no rumiar desgracias para quien se atrevió a dar tal paso. Y ya sabemos que “los políticos vapuleados son como boxeadores golpeados: el doble de peligrosos”. De ahí que si escribir en España es llorar (Larra), para qué decirles a qué se expone uno haciéndolo en provincias.

Pero aparte de los riesgos existen otras dificultades: la primera es que al leer cada mañana los periódicos locales, hay que buscar el tema apropiado para opinar sobre él. Lo cual no es tarea sencilla, dado que, salvo raras excepciones, las informaciones son casi siempre las mismas o primas hermanas de las ya analizadas en su momento.

Luego están los personajes: Jerónimo Nieto, Juan Vivas, Antonia María Palomo, Pedro Gordillo, Mohamed Alí, Mustafa Mizzian, Fernández Cucurull, etcétera. A quienes más de una visión negativa de sus hechos o declaraciones, expuestos en el papel, les hacen pensar que la tienes tomada con ellos o que estás recibiendo órdenes de terceras personas. E inmediatamente, es decir, a velocidad de Fórmula 1, ponen la maquinaria de la defensa de su amor propio herido en acción. Y a fe que son tozudos en no dar su brazo a torcer.

Ustedes dirán, y con todo el derecho del mundo, que a uno le pagan para estrujarse las meninges y sacar a relucir la imaginación: esa loca de la casa que tantos favores nos presta a quienes debemos entregar cada día un folio relleno al periódico. Pero la imaginación, como la ironía, ha de ser sometida a un control riguroso. De lo contrario, se puede terminar contando chistes o felicitando al cartero del barrio –merecimientos tiene-, pero eso sería disputarle el sitio a un artista ya consagrado e inmortalizado en menester tan gracioso en ocasiones, como chabacano, en otras.

Hoy me llaman para comunicarme que Manolo Hoyo está mosqueado desde que me ha leído, y sé que lo hace diariamente, que ha de aguzar los sentidos si no quiere que alguien le quite el sillón de mando. Lo cual me parece bien: pues siempre es mejor estar alerta ante lo que tramen los rivales, que adormecido en la creencia de que Juan Vivas nunca consentiría una jugada sucia contra él. Y aunque es cierta la actitud del presidente, ya sabemos lo que le pasa a camarón que se duerme...

Menos mal que he encontrado el final de la columna sin referirme ni a inmigrantes ni a los problemas comerciales en los pasos fronterizos ni tampoco me ha dado por meterme con Juan A. Rodríguez Ferrón, viceconsejero de Gobernación, debido a que hay que tener dos adminículos muy grandes para seguir aferrándose a un cargo que cualquier otro consejero habría mandado allá donde el viento da la vuelta…
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto