Nuestra convicción siempre ha sido que un buen sistema
educativo es la mejor inversión que podemos realizar.
Nuestro sistema había llegado a su nivel de desempeño más
bajo y a los mayores niveles de fracaso y abandono
educativo. Por eso, a lo largo de toda la legislatura hemos
impulsado una intensa agenda reformista, con el objetivo de
ofrecer a los españoles un sistema educativo más moderno y
flexible. Un sistema que apuesta por el mérito y el
esfuerzo, por la empleabilidad de los estudiantes y por la
igualdad y la equidad, para garantizar que ni el lugar de
nacimiento, ni la situación económica, son obstáculo para el
desarrollo de todo el talento y la capacidad de nuestros
jóvenes.
Pusimos en marcha una reforma
educativa que ha adaptado los contenidos y el funcionamiento
del sistema educativo a las nuevas realidades, que afronta
la lacra del abandono educativo temprano e impulsa la
cultura de la evaluación, para implicar a profesores,
alumnos y padres en el reconocimiento y premio del mérito y
el esfuerzo, valores con los que seguimos firmemente
comprometidos. Con ese espíritu hemos reformado la Formación
Profesional, implantando la Formación Profesional Básica y
la Formación Profesional Dual, y poniendo en funcionamiento
en nuestro país un modelo que ha ofrecido grandes resultados
en otros países de Europa.
Esta reforma empieza a dar
resultados. La tasa de abandono educativo temprano ha
descendido seis puntos en los últimos cuatro años. Además,
hemos rescatado de la quiebra al sistema de becas y ayudas
al estudio, dotándolo con las partidas presupuestarias más
altas de su historia, mejorando su gestión y estimulando el
rendimiento académico de los estudiantes, así como
promoviendo la inclusión y la atención a la discapacidad,
como elemento primordial en la educación. La Formación
Profesional Dual ya ha empezado a demostrar que es una
excepcional vía para involucrar a las empresas en la
formación de los futuros profesionales mediante la
transferencia de conocimiento, lo que incrementa la calidad
de la formación, la competitividad de los centros y empresas
implicados, redundando así en la mejora de la inserción
laboral y por tanto, en la lucha eficaz contra el desempleo
juvenil. El número de alumnos matriculados en estudios de
formación profesional ha aumentado casi un 30%.
Además, hemos reforzado el sistema
universitario, modernizándolo, flexibilizando la oferta,
impulsando la movilidad de los estudiantes y profesores, así
como la internacionalización de las Universidades españolas.
En el Partido Popular no nos
conformamos con lo que hay, sino que pondremos nuestro
máximo empeño en que la educación sea la puerta de acceso al
mercado laboral de los jóvenes en el menor tiempo posible.
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