El compañero de RTVCE, Higinio Molina López, se jubilaba
hace algo más de una semana después de 44 años cotizando a
la Seguridad Social. Lo hacía de forma anticipada y con el
consentimiento de la familia, tal y como él reconocía a EL
PUEBLO en una entrevista. Ahora, asegura que se va a dedicar
a él mismo y a su familia, siempre claro, sin olvidar el que
ha sido su vocación desde siempre, y de la que asegura con
orgullo que le apasiona. A través de las redes sociales
Higinio Molina, avanza que seguirá colgando “mis cositas
culturales, que sean de interés o que yo crea que son de
interés para mis vecinas y mis vecinos a los que siempre en
estos años me he dedicado y bueno encantado de la vida,
estrenando estos primeros días de jubileta”.
Pregunta.- ¿Cómo son esos primeros días de jubileta para una
persona que ha sido tan activa y que ha estado en tantos
sitios?
Respuesta.- Estos primeros días son extraños porque están
cargados de sensaciones, de recuerdos, se te hace extraño
ver a compañeros. Se me hace extraño estar aquí contigo
hablando de eso siendo yo el protagonista entre comillas.
Los compañeros que me ven a lo mejor por la calle me
saludan, otros me dicen bienvenido al club de los jubilados
muchas personas que ya están jubiladas. Son extraños pero
cargados de muy buenas sensaciones, de muy buenos recuerdos
y sobre todo de recoger un cariño y un respeto hacia mi
persona y hacia mi trabajo por parte de muchísimos
colectivos que a mí, que yo soy de lágrima fácil, me
emociona porque dices esta es la mejor recompensa que puede
tener un informador que el resto del colectivo valore ese
tiempo tuyo dedicado a eso que más te gusta y ha sido tu
oficio durante tantos años.
P.- ¿Cómo llega Higinio Molina a este oficio?
R.- Yo llego a este oficio por pura vocación. Yo empiezo
como cajista de imprenta en la imprenta de Los Remedios de
mi querido padre Arenillas. Allí me familiarizo un poco con
las lecturas que hago en todas las misas que ayudaba porque
al mismo tiempo yo era monaguillo y me gusta muchísimo leer.
El padre Arenillas me lleva con él a J 46 que era la antigua
Radio Ceuta a leer el evangelio porque afortunadamente yo
tenía buena dicción y aquello veo que me encanta. En mi casa
he sido siempre un seguidor de la radio, un oyente muy fan
de la radio. Escuchaba a Luis del Olmo en Protagonistas
cuando estaba en Radio Nacional, a Jesús Quintero, no con el
loco de la colina si no cuando estaba en Radio Nacional de
España. Por la tarde escuchaba un programa que se llamaba
Estudio 15 17. Yo cogía y las grabaciones que ellos le
hacían a los personajes yo en mi casa le quitaba la voz a
ellos y hacía la pregunta con un magnetofón para
entretenerme. Después de eso entro en un bazar, Casa Lal,
entro en la oficina, después voy al bazar. Después sale un
anuncio que veo en los periódicos que dice que Radio Perla
se va a instalar en Ceuta y está buscando locutores. Me
presento allí, me contratan y dejo Casa Lal donde ganaba
80.000 pesetas y me voy a la radio a ganar 50 y pico mil.
Pero es que me gustaba tanto aquello y era una ilusión tan
grande que me dio igual aquello y entonces empecé mis
pinitos en Radio Perla, de ahí me contrató El Faro de Ceuta,
donde estuve 17 años, donde fui el primer director de la
Cope, una emisora que se le concedió a la empresa y que
asoció la empresa de Joaquín Ferrer a la Cope. En Cope
conocí a sus principales dirigentes porque Rafael Montero me
comisionó para que yo iniciara los contactos para ver a qué
emisora nos adscribíamos. Estuve en conversaciones con
Antena 3 que era el tiempo de José María García y toda
aquella gente, con la Cope y yo el informe que di era
favorable a la Cope porque fueron absolutamente generosos
con nosotros en ayudarnos a montar la emisora y en todo. Fui
primer director de la Cope , seguí en el Faro porque la
empresa consideró que después de cinco años de director de
la Cope estuviera de nuevo en el Faro, donde fui director
adjunto, redactor jefe, después director. En ese tiempo
estuve durante un año en Canal 3 Televisión, el canal de
vídeos, de ahí hasta el año 2000 que surge lo de Radio
Televisión Ceuta, donde he estado los últimos 15 años
haciendo de todo, presentando informativos, Semana Santa, de
todo.
P.- Ha pasado prácticamente por todas las facetas del
periodismo, ¿qué destacaría de cada medio?
R.- La radio me enamora porque tiene una complicidad
impresionante con la audiencia. La prensa escrita también,
es más sosegada, necesita más dedicación. Evidentemente no
es igual confeccionar una página que lleva más elaboración.
La televisión ya vi la importancia que tenía a través de
Canal 3, el vídeo comunitario. Ya después aquí en esto fue
la repera. La divulgación que tienen las noticias eso lo
sabemos todos. La televisión le gana con mucho tanto a la
radio como a la prensa escrita. Pero para mí la televisión
ha sido como una radio con imágenes. Esa radio con imágenes
a mí me ha permitido estar frente a un micrófono siempre
pero con la seguridad de que cualquier noticia que dieras
tenía una repercusión bárbara. El tiempo más feliz de toda
mi vida laboral desde el periodismo han sido estos quince
años en la tele, donde he recogido momentos muy bonitos, muy
entrañables. El último el homenaje de los compañeros de
informativos que entraron allí al estudio y encima me
pusieron la canción de ‘My way’ (‘A mi manera’), que era la
canción con la que yo tenía en un programa de Radio Perla
que se llamaba A mi manera y es uno de los programas que
recuerdo con más cariño por el cariño que recibía de los
oyentes.
P.- En estos 35 años dedicado al periodismo ¿cómo ha
cambiado el periodismo?.
R.- Muchísimo. Afortunadamente yo creo que las redes
sociales, el acceso a la información que tenemos los
periodistas los informadores a través de las redes sociales
para documentarnos de cualquier tema yo creo que eso ha
venido a ayudarnos de una manera impresionante. En cualquier
consulta o en cualquier enriquecimiento de la noticia que
tuviéramos que dar. Eso antes era bastante más trabajoso.
Por ejemplo yo me acuerdo en El Faro cuando teníamos que
consultar algo para documentar una información teníamos que
acudir al famoso Espasa, que teníamos los cien volúmenes en
la redacción del Faro y aquello nos sacaba de un apuro en un
momento dado. Hoy las redes sociales han enriquecido el
periodismo de una manera impresionante y yo creo que los
periodistas podemos ser más útiles, podemos documentarnos
más y al mismo tiempo informar mejor.
P.- En estos 35 años habrá tenido momentos para olvidar y
momentos para recordar. ¿Cuáles serían de los dos extremos
los que destacaría?
R.- Para olvidar los malos ratos que hayamos podido pasar en
cualquiera de los trabajos. Yo esos ni los menciono porque
lo que pasa en casa se queda dentro de casa. En todos los
lugares en los que he estado trabajando he tenido,
informativamente, momentos muy buenos y me quedo
absolutamente con todos ellos. En estos últimos 15 años, que
han sido los mejores de mi vida profesional y a nivel de
cariño que he recogido de la gente pues quizás me quedo con
ese momento tan importante en que vinieron Sus Majestades
los Reyes y yo transmití esa llegada desde la tele con
compañeros como Andrés Sánchez, me concedieron ese honor de
transmitir aquello. Eso lo guardo con mucho cariño porque
también en esa transmisión tan importante pues metí uno de
los gazapos más impresionantes que se me recuerdan. Por la
mecánica de la transmisión recuerdo que dije día histórico
para nuestra ciudad, que nos visitan Sus Majestades los
Reyes Magos. Eso fue un gazapo impresionante. Se queda en el
capítulo de las anécdotas. Fue un mágico día para todos y
fue muy bonito.
P.- ¿Cuando nace la coletilla de vecinas y vecinos?
R.- Eso lo empecé yo en Radio Perla. En cualquiera de los
programas que empezaba siempre decía señoras y señores,
vecinas y vecinos, buenas tardes bienvenidos al programa que
fuera. Eso me acompañó desde siempre y yo lo he utilizado
siempre. Yo siempre lo decía y no lo decía nadie. ¿A quién
me estoy dirigiendo? A mis convecinos. Después muchos
políticos se refieren a la gente como vecinas y vecinos. Yo
creo que es una forma cariñosa y respetuosa de nombrar a
aquellas personas anónimas pero que nos tropezamos con ellas
todo el día por la calle y es un trato de familiaridad,
desde el respeto absoluto, no en plan peyorativo, sino todo
lo contrario.
P.- El periodismo es una de las profesiones más
castigadas. ¿Qué me podría decir al respecto porque en 35
años habrá visto de todo? ¿Cómo ve que sean tantos los
periodistas que van al paro?
R.- Es una pena. El mercado laboral en todos los sentidos ha
cambiado muchísimo desde que yo era cajista de imprenta
hasta ahora, que me retiro como periodista. Los periodistas,
los informadores, en una gran proporción yo creo que son
vocacionales y porque les gusta su trabajo se entregan no te
digo más de la cuenta, sino que ponen toda la carne en el
asador, olvidándose del reloj, de la familia y de todo. Eso
muchas veces no es recompensado por parte de las empresas.
Como en todos los trabajos posiblemente. Es una pena que
esta profesión, donde cada día salen más personas
licenciadas, preparadas. La oferta es siempre mucho más que
la demanda muchas veces los editores, los dueños de las
empresas se aprovechan un poco de la buena disposición que
tenemos nosotros y de la precariedad para pagar mal y tarde.
Eso es una pena. Por ejemplo yo eso no lo he sufrido en
estos últimos quince años donde al ser una empresa de
titularidad pública en este caso yo he sido muy
privilegiado. Y eso lo digo no para que los demás se
enfaden, sino que ojalá el trato profesional fuese común a
todos los periodistas de todas las empresas de nuestra
ciudad y también de la península. Desgraciadamente no es así
y eso es una gran pena. No sé si va en el oficio. Los mismos
editores que muchas veces se les llena la boca de decir que
sus medios son los que intentan equilibrar, hacer más
asequible la justicia para todos con sus propios cuerpos de
empleados no sean tan justos como ellos quieren o pretenden
hacer ver a través de sus editoriales, de sus posturas
empresariales el resto de la sociedad.
P.- ¿Le ha costado trabajo adaptarte a las nuevas
tecnologías?
R.- Yo empecé con un componedor. Hay reciclarse, tú te
tienes que reciclar y a mí nunca me ha costado trabajo
aprender. La falta de preparación universitaria o académica
la he suplido con muchas horas de dedicación para aprender
el mecanismo del quark x press, por ejemplo cuando estaba en
la prensa escrita, el mecanismo del edius cuando se trataba
de montar en televisión, el meter las voces en off, el
montar tu propia noticia. Hoy el periodista, de cualquier
empresa, es un poco freelance, tienes que ir a por la
noticia, escribirla, sacar los totales de los protagonistas
y todo eso ya plantarlo en la escaleta del informativo tú
solo. Si no aprendes eso vas mal porque el chico que sale, y
hay 500.000 en la cola, sabe hacerlo. A mí me pilló mayor,
yo llegué al periodismo con 30 años. Ahora acabo de cumplir
63. Yo me he dedicado siempre a aprender durante muchas
horas y gracias a todas las personas que me han enseñado a
aprender esa mecánica que es absolutamente esencial para
desarrollar nuestro trabajo. Hoy con las redes sociales es
más fácil. Con un teléfono te conviertes en un freelance.
Ahí tenemos el caso de una vecina nuestra ilustrísima
periodista que es Carmela Ríos, que demostró a todo el mundo
que a base del teléfono, con las redes sociales hace un
periodismo bonito, atractivo, inmediato y útil. La
inmediatez ahora es esencial en nuestro trabajo.
P.- Veremos a Higinio Molina en las redes sociales, te
cambias de medio se puede decir.
R.- Tengo mi muro de Facebook y ahí yo coloco todas las
cosas que tienen relación culturalmente con nuestra ciudad a
través de su riqueza patrimonial, en historia, en
anecdotario cercano. Yo ahí disfruto mucho y ahora
posiblemente pueda formar parte del Instituto de Estudios
Ceutíes, donde quiero entrar con mucha ilusión para aportar
desde mi oficio lo que yo pueda ser útil para seguir
divulgando la cultura y eso para mí es un verdadero placer.
Esa es la gran ventaja que tienen los empresarios con
respecto a los que estamos enamorados de nuestro trabajo
ellos saben que disfrutamos, se hacen los tontos y nos
aprietan un poco más. Para mí ha sido un gozo, una alegría
desarrollar esta profesión de la que no me voy a aportar,
tendré mi blog. Mi hijo dice que ya le hago fotos a gatos,
gaviotas, puestas de sol, eso es cosas de viejos.
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