UPyD ponía ayer de manifiesto que es un partido
revolucionario, advirtiendo que el gran problema de España
es la ruptura de las reglas democráticas. Para la formación
magenta, el momento en que se fastidió todo para UPYD fue
cuando entraron en instituciones y asambleas autonómicas, y
no quisieron tener palcos gratis, renunciaron a los coches
oficiales y a otras prebendas, convirtiéndose en “verdaderos
insiders que creemos en las instituciones y no nos adaptamos
a la generalización de las corruptelas. El sistema sabe muy
bien qué hacer con los outsiders, pero no con los
irreductibles galos que han llegado a hacer más de 10.000
preguntas al gobierno y más de 400 interpelaciones.
Intentando dignificar la política en España con coherencia y
uniformidad”.
Para finalizar, a través de un comunicado de prensa de la
formación, esta resalta que “la cobardía de otros es la
fuerza para UPYD con votos o sin votos. No se tiene la razón
por tener más votos. Solo se tiene la legitimidad de
gobernar”.
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