Fue en 2008 cuando los periodistas
Gian Antonio Stella y Sergio Rizzo publicaron el libro “La
casta. De cómo los políticos se volvieron intocables” y fue
de la lectura de estas páginas de donde Pablo Iglesias e
Íñigo Errejón extrajeron un concepto que, de popular que se
ha vuelto, ha dejado de ser necesario que utilicemos desde
las filas de Podemos. Ya todos lo usan. Y es que “hasta que
el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando el
pueblo las canta, las coplas no tienen autor”.
El discurso de Podemos molesta
mucho. Mientras que algunos lo copian de forma descarada
(Ciudadanos y PSOE), otros se obsesionan y descalifican cada
vez que tienen ocasión. El diputado saliente, Francisco
Márquez, es un claro ejemplo. En cada artículo que escribe
lanza improperios contra Podemos. No muy originales, la
verdad. Populistas, demagogos y
extremaizquierdaultramalignabolivarianaterroristaseparatistasatánica
suelen ser los recursos utilizados. Parece no intuir el
señor Máquez que, como para Piqué los pitos del Bernabeu,
sus espumarrajos suenan a sinfonía en los oídos de cualquier
militante que se sienta identificado con las ideas moradas.
O a poesía cuando son leídos en vez de escuchados.
Uno no sólo se define por sus
amigos. También lo hace por sus adversarios. Alguien que
pone encima de la mesa un concepto como el de “casta” es
natural que sea odiado y difamado por lo que representa
Francisco Márquez. Para muestra tres botones:
1-El señor Márquez, durante los
años que ha estado de diputado en Madrid, ha estado cobrando
dietas por alojamiento teniendo una casa en propiedad en la
capital. Es decir, que los españoles y las españolas le han
estado pagando a este hombre su hipoteca. Así, por la cara.
Escuchar sus justificaciones cuando el tema salió a la luz
pública fue, simplemente, bochornoso.
2-El señor Márquez ha cobrado
hasta 53 dietas de asistencia a los Plenos sin presentarse.
Vamos, que ha cobrado 53 veces por no ir a trabajar.
3-Después de dejar de ser
diputado, el señor Márquez, a diferencia de algunos de sus
colegas con bastante más ética, no ha renunciado a seguir
cobrando su sueldo hasta el día 20 de diciembre, como
pudimos leer en Ceuta al Día.
Todo lo que ha hecho el
señor Márquez es absolutamente legal. En cambio, resulta
evidente lo insultante que supone cada caso en un contexto
en el que desde su partido se nos dice, una y otra vez, que
hay que apretarse el cinturón. Mientras los diputados de
Podemos renunciar a cobrar más de tres salarios mínimos al
mes, este tipo ha estado ganando en un mes lo que muchos
españoles no ganan ni en un año. Y sin ir a trabajar en
bastantes ocasiones. Es absolutamente lógico que en cada uno
de sus artículos ataque a Podemos. Somos justamente lo
opuesto.
|