De nuevo ayer un medio nacional,
concretamente El País, volvía a situar a Ceuta como un lugar
que es el caldo de cultivo del terrorismo yihadista.
El artículo hace referencia, entre
otras fuentes, a un informe realizado por investigadores del
Real Instituto Elcano. Evidentemente, no es la mejor
propaganda para la sociedad caballa.
Es cierto que se han producido
algunos episodios de reclutamiento y de acción terrorista en
el que figuraban personas de Ceuta o relacionadas con Ceuta.
Pero no hay que olvidar el hecho
de que desde distintas instancias políticas, incluyendo a la
mayoría del arco político, se ha insistido en todo lo
contrario. También desde el Gobierno se ha puesto de relieve
este hecho. Confundir a Ceuta con una cuna del yihadismo es
un grave error.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado, incluyéndose en ella los servicios de
inteligencia, garantizan la seguridad de todos y la
constante presión sobre elementos que no sólo son
terroristas, sino que pudieran serlo. Es una extraordinaria
labor de prevención la que se lleva a cabo.
La proximidad de Marruecos no debe
llevar a conclusiones precipitadas. Uno de los focos de
captación y reclutamiento, de radicalización de elementos
yihadistas es Castillejos, a tres kilómetros de Ceuta. Pero
no en Ceuta.
Afortunadamente, la
cooperación entre España y Marruecos en este sentido es
ejemplar. Y el trabajo que se está haciendo en el vecino
país es extraordinariamente importante. El último balance
que se ha difundido en medios informativos marroquíes
subraya el hecho de que se han desmantelado en total 140
células yihadistas en distintos puntos del vecino país.
Ceuta es un punto más de Europa, en lo referente al hecho
terrorista.
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