El éxodo masivo que se ha
producido en Ceuta durante este puente que se está viviendo
es más que patente en las calles de la ciudad.
Parece a veces una ciudad
‘fantasma’, es lo que comentan entre sí los pocos ceutíes
que tienen la dicha de encontrarse y charlar, en unas calles
vacías prácticamente por completo, de no ser por los
políticos haciendo campaña.
Es evidente, pues, que los
ciudadanos no encuentran en su ciudad un reclamo para
quedarse y que a las primeras de cambio, como pueden, salen
en estampida hacia la península, para cambiar de aires.
Todo ello evidencia que existe una
falta de propuestas para los ceutíes que les hagan quedarse.
Todo ello significa que el consumo se hará fuera de Ceuta,
en la península fundamentalmente, lo que supone una merma en
el comercio ceutí.
El gasto que supone un
desplazamiento en la península, las compras que allí se
harán, irán en detrimento de lo que pudiera impulsarse en
torno al sector comercial ceutí, del que dependen tantos
puestos de trabajo.
Un hecho incontestable es que no
hay nada que hacer en Ceuta durante este largo ‘puente’. No
hay ninguna oferta cultural, lúdica o de cualquier otro tipo
que haga que un ceutí que pudiera elegir entre quedarse y
disfrutar o marcharse y hacer lo propio, dijera: “me quedo”.
La única posibilidad de que haya
algo de animación en las calles de Ceuta es la proveniente
del vecino reino de Marruecos, ésto es, familias pudientes
que vengan a realizar compras en la ciudad. A dejarse el
dinero.
Lo más probable es que, si
lo hacen, se encuentren con una ciudad dormida, con la
mayoría de sus comercios cerrados a cal y canto. Ésto es lo
que hay. Y no es una visión, o análisis, pesimista, sino
realista. La cruda realidad.
|