La Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno volvieron
ayer a unirse en un acto para homenajear a la Constitución
Española en la celebración del trigésimo séptimo aniversario
de la Carta Magna, y que se cumple mañana domingo día 6 de
diciembre.
El acto daba comienzo con una ofrenda floral ante el
monumento que rinde tributo a la Ley de leyes en la Plaza de
la Constitución, alrededor de las 10.30 horas y continuó en
el Salón del Trono del Palacio de la Asamblea a las 11.00
horas, donde se realzó la figura del voluntariado.
Durante el acto, el delegado del Gobierno, Nicolás Fernández
Cucurull, puso de manifiesto que 37 años después de su
aprobación por el pueblo español, depositario de la
soberanía nacional, la celebración de la vigencia de la
Constitución Española de 1978 sigue siendo “un motivo de
satisfacción para la inmensa mayoría de nuestros
conciudadanos”.
Cucurull destacaba que el reencuentro con las libertades
tras la aprobación de la Carta Magna, ha sido el fundamento
que ha permitido en las décadas siguientes “un
extraordinario desarrollo económico y social, que ha llevado
a España a volver a situarse entre las naciones del mundo
que disfrutan de una mejor calidad de vida, en todos los
sentidos”.
En su intervención, el delegado del Gobierno ha destacado
que el ordenamiento constitucional se enfrenta hoy a grandes
retos; citando entre los mismos el separatismo, la
corrupción, el terrorismo y la cohesión social.
Sobre el separatismo se mostraba convencido de que se
volverá a encontrar el cauce para hacer complementarias y
fructíferas la diversidad y la unidad. En cuanto a la
corrupción solicitó no extender la sospecha de corrupción de
manera generalizada a los servidores público, y pese a
reconocer que se han dado casos, también aseguraba que la
mayoría de las personas que prestan sus servicios en la
administración pública y en la política dedican su esfuerzo
y sus capacidades al bien común.
En el ámbito del terrorismo, Cucurull manifestaba que no
tiene razón ni causa que lo justifique, indicando que “no es
más que el recurso de una minoría a imponer por la fuerza y
el terror sus ideas a una mayoría, lo que no sería posible
por vía democrática”. En este sentido, el delegado del
Gobierno aseguró que se debe ser fuertes, indicando que
“somos nosotros o ellos, sabemos cómo combatirlos, y vamos a
ir hasta el final, porque nos estamos jugando nuestra propia
existencia como sociedad libre y democrática, que con tanto
esfuerzo hemos conseguido”.
Finalmente, con respecto a la cohesión social ha asegurado
que se ha situado como un elemento central de debate en la
larga crisis que ha atravesado España desde hace ya ocho
largos años.
Por su parte, el presidente de la Ciudad ha ahondado en
aquel “tránsito” que, siendo todo “mejorable”, fue
“provechoso y beneficioso”.
“Hemos construido un edificio sólido y duradero, pero no
indestructible”, ha avisado Juan Vivas, para quien “los
riesgos, los peligros, acechan y son evidentes”. “Tenemos la
obligación de preservar los cimientos de este edificio y,
entre ellos, el pilar fundamental: la unidad de España, que
no está reñida con el aprecio a la diversidad”, ha
considerado.
“Esta España nuestra es como un árbol más que centenario, de
raíces profundas, con un tronco resistente y con muchas
ramas diversas, distintas en formas y tamaños, pero todas
necesarias, queridas e imprescindibles”, ha descrito para
insistir en la defensa de la unidad del país: “Juntos
tenemos que defender la unidad de España, el principal
atributo, juntos y al amparo de la ley tenemos que defender
nuestra provechosa unidad”.
Los últimos minutos de la intervención del presidente
estuvieron dedicados a Ceuta. “Si en el conjunto de España
hay un lugar donde se pongan de manifiesto de manera
cotidiana algunos de los más significados valores de la
Constitución, ese lugar es Ceuta”, ha afirmado. “Aquí, el
valor de la solidaridad como elemento insustituible para
compensar las dificultades por los distintos
condicionamientos, por lo tanto, como elemento
imprescindible para que todos los españoles seamos iguales
con independencia de cuál sea el lugar de residencia; aquí,
el imperio de la ley como garantía para una convivencia en
paz, armonía e igualdad con independencia de razas, credos o
formas de pensar; y aquí, el patriotismo como espíritu para
servir y defender a España para lo que sea menester y a
cualquier precio, como sentimiento para proclamar, cada vez
que sea necesario y lo propicie la ocasión, nuestro amor a
la patria y el orgullo de ser españoles”, ha desarrollado y
ha terminado con tres vivas: a España, a la Constitución y
al Rey.
|