Marco Rivero tomó parte el pasado
fin de semana en la tercera edición de la Carrera de Playa
‘Paradise’, en la que firmó un destacado tercer puesto. El
piloto ceutí, que también firmó una actuación sobresaliente
en la anterior prueba, terminó colgándose la medalla de
bronce a pesar de competir durante buena parte de la carrera
con la caja de cambios de rota, lo que da un gran valor al
metal obtenido en tierras marroquíes.
La carrera transcurrió por un
recorrido de una dureza extrema, a través de un trazado muy
exigente, debido a que en esta ocasión la duración de la
competición fue de dos horas y media. Además, el ceutí tuvo
que medirse a muchísimos pilotos llegados de Francia, muchos
de ellos de renombre e incluso algún campeón del mundo.
Marcos Rivero firmó una buena
salida, aunque en el minuto 13 llegó un gran contratiempo:
partió la caja de cambio, por lo que engranar la cuarta
velocidad era ya imposible. Esta delicada situación obligó
al piloto ceutí a plantearse incluso abandonar la prueba,
aunque finalmente prefirió continuar consciente de que sería
prácticamente imposible pelear por los primeros puestos de
la clasificación.
Así, al comprobar que la moto no
iba bien, se decidió acabar la carrera con el único objetivo
de poder sumar algún punto. El trazado era muy exigente y
casualmente la marcha idónea para ese trazado era la
velocidad que se había roto. El no poder meter la cuarta
obligada a Rivero a tener que ir más lento de lo deseado,
clavándose así en la arena al no ir con la velocidad
suficiente.
A pesar de ello, el ceutí
terminó acabando tercero después de firmar una carrera
prácticamente perfecta. Por este motivo, el propio Rivero
reconoció una vez finalizada la prueba que “después de
correr más de dos horas con la moto en ese estado, este
inesperado tercer puesto me sabe a un primero”.
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