La escritora Margarita Ortiz
Macías presentó ayer por la tarde en la Sala de Usos
Múltiples de la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo
Suárez’ su libro ‘Españoles de Casablanca’. Los
presentadores fueron José Luis Gómez, editor, y Bernabé
López, sociólogo y arabista. El Servicio de Publicaciones de
la Ciudad Autónoma ha editado este libro.
Ortiz ya lanzó en 2002 una primera
versión de esta obra, que estaba escrita en francés. Años
después se puso manos a la obra para crear la edición en
castellano.
Nacida en 1941 su abuelo llegó a
Casablanca a principios del siglo XX. “Cuando yo nací era un
protectorado francés y las únicas escuelas eran francesas”.
Por tanto los niños hablaban en francés, aunque en casa de
su abuelo se hablaba en español. “Casi todos los españoles
que habían ido a Casablanca antes de la Guerra eran de
Andalucía”, apuntó la autora.
Lo español “apasionaba a los
inmigrantes”. Su abuelo pasaba unas “hambrunas terribles” en
Andalucía y decidió probar fortuna en Casablanca, “donde
hambre no iba a pasar. Al poco tiempo se vino mi abuela”.
Sus abuelos vivían en el barrio
moro, “que era parecido a La Línea”. Su abuela “se quedó con
la vista puesta sobre la política española, los toros, la
zarzuela, el flamenco”.
Casablanca tenía una gran vida
cultural. “Le llamaban el pequeño París”, comentó Ortiz. En
cuanto a la cultura española “todos los cantaores españoles
venían a Casablanca y tenían muy buena acogida”.
Como anécdota comentó que Juanito
Valderrama actuó y el público se puso a llorar. Cuando cruzó
el Estrecho le vino la inspiración y compuso la música y la
letra de ‘El emigrante’. Casablanca le inspiró esa canción
tan emblemática en el repertorio español.
Guerra Civil
El desarrollo de la Guerra Civil
se vivió en Casablanca igual que en España. “Había dos
bandos y a veces en la misma familia había personas de
bandos enfrentados. Después vinieron los refugiados
políticos, que venían con la idea de retornar a España”,
manifestó la escritora. De todos modos “no hubo mucha
conexión entre la primera ola y la segunda”.
Después llegó la independencia de
Marruecos. “Mi padre luchó por esa causa. Le teníamos mucha
querencia a Casablanca y allí nos quedamos”.
Cuando tuvo lugar la Marcha Verde
“muchos españoles se fueron y se vinieron para la
península”.
Casablanca tenía “una vida muy
intensa, muy cultural. Había una competencia bonita, por
ejemplo por ver quién orgabizaba más obras de teatro. Los
franceses lo arreglaban todo con bailes. En Casablanca la
gente se ha divertido mucho”, aseguró Ortiz.
Otro aspecto que destacó de la
ciudad marroquí es que “hay un respeto muy grande hacia el
europeo, que eso no se ve en muchos sitios del mundo”.
Después se proyectaron
distintas fotografías y Ortiz las fue comentando. Las
fotografías forman parte de su album familiar. Comentando
una fotografía de un grupo escolar apuntó que “los
musulmanes iban a la escuela coránica y no podían ir a la
escuela francesa”.
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