Que la imagen de Ceuta en el
exterior se encuentra deteriorada es un hecho
incuestionable, convirtiéndose en los últimos años en una
zona relacionada esencialmente con el yihadismo, la
inmigración ilegal y el narcotráfico. En este sentido
partimos con un hándicap importante, ya que cambiar el
concepto de Ceuta que tienen muchas personas que jamás han
visitado la ciudad es una tarea ardua y a veces hasta
desesperante.
Un ejemplo claro y reciente fue la negativa de los
representantes de los bancos de alimentos peninsulares a
viajar a Ceuta con motivo del XX Congreso Nacional que se
pretendía organizar en la ciudad, por la seguridad y las
malas noticias sobre yihadismo. Los dirigentes de los
distintos bancos no quisieron venir a Ceuta porque
sencillamente sienten reparos hacia una ciudad de la que se
extrapola una muy mala imagen. Por ello, cualquier acto o
iniciativa encaminada a reflejarar aspectos positivos de la
ciudad y potenciar la imagen de Ceuta es esencial. Impulsar
y promover la divulgación permanente de la imagen de Ceuta
entre el resto de ciudadanos españoles y europeos, así como
un mayor conocimiento de su historia, de sus orígenes y de
los valores que aporta como parte fundamental de la historia
de España debe ser una cuestión de obligado cumplimiento.
Cuanto más se conozcan sus singularidades más desaparecerán
algunas lagunas propias del desconocimiento.
En este sentido se expresó ayer el presidente de la Ciudad
durante su viaje a la capital lusa para la inauguración de
la Exposición ‘Lisboa 1415 Ceuta: historia de dos ciudades’,
subrayando que “es una oportunidad para estrechar lazos de
amistad”, y considerando que esta efeméride del seiscientos
aniversario de la llegada de los portugueses a Ceuta, era
una oportunidad para darse a conocer en una ciudad
“referencia en Europa”. Muchos afirmarán que este intento de
reflejar los aspectos positivos de la ciudad en Lisboa tiene
altas dosis de ingenuidad. Pero intentar potenciar la imagen
de Ceuta debe ser una apuesta irrenunciable.
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