Nos encontramos en unos años de la historia en los que la
preocupación por la imagen corporal ocupa un lugar muy
destacado en el quehacer diario del joven. Encontrarse uno
bien y a gusto consigo mismo es la mejor manera para
irradiar alegría y ganas de vivir. Positividad que se
contagia a los que nos rodean. Por estas razones nos hemos
propuesto editar una serie de artículos, que irán
apareciendo a lo largo de las próximas semanas, en los que
analizaremos la realidad actual sobre cuál es el estado
nutricional de nuestros adolescentes de los 13 a los 19
años, y cuáles son sus hábitos cotidianos que van a influir
en su salud y en su sentimiento de felicidad. Podemos
adelantar algunos de ellos: el desayuno, la calidad de la
dieta, las actividades al aire libre, el sueño, las
relaciones con los demás, el consumo de alcohol, tabaco y
otras drogas, el tiempo dedicado a las nuevas tecnologías.
Lo que pretendemos está claro, ofrecer una información
actual y completa para lograr una mejor formación de
nuestros jóvenes y de sus familias. La mejor formación
permitirá a nuestros adolescentes la posibilidad de ser más
autónomos y responsables, tomando decisiones más acertadas y
positivas para su salud física, mental y social, tanto para
su etapa actual como adolescente como para labrarse una
buena calidad de vida futura. Es lo que en los ámbitos de
salud y de educación se conoce como Promoción de la Salud,
uno de cuyos pilares lo constituyen las Escuelas de Salud.
Hecha la presentación del ambicioso proyecto, nos vamos a
centrar en el asunto de hoy ¿Cómo están de gordos nuestros
jóvenes? Los estudios sobre las malnutriciones y los hábitos
cotidianos de los adolescentes que determinan su salud no
son muy abundantes porque históricamente no se ha
considerado a la adolescencia como una etapa vulnerable al
problema de la malnutrición, frente a la gran importancia
concedida a la infancia. Esta consideración ha cambiado
sustancialmente hasta el punto de tratarse actualmente la
adolescencia como un período de la vida de la persona
crítico para profundizar en la malnutrición juvenil, y para
consolidar hábitos poco saludables.
En los niños y niñas de Ceuta se han hecho mediciones sobre
la obesidad en el estudio PONCE y en el Estudio Aladino, así
como sobre el consumo de golosinas del Dr. Cobo y
colaboradores. Sin embargo el universo de los adolescentes
ceutíes está siendo objeto de estudio actualmente mediante
las investigaciones que conforman el Estudio ABYLA. Sus
resultados son muy interesantes y son claves para planificar
las actividades preventivas y correctoras.
Para determinar el estado nutricional del adolescente hay
que tomarle una serie de medidas: altura, peso,
circunferencia de la cintura, de la cadera, del brazo en su
altura media, de la muñeca. También el grosor de la piel en
diversas partes del cuerpo para medir la acumulación de
grasa. Con este mismo objetivo podemos utilizar el paso de
una corriente eléctrica de baja intensidad a través de todo
el cuerpo. Las partes con grasa del cuerpo van a presentar
diferente resistencia al paso de la corriente que las zonas
sin grasa.. De esta manera podemos saber indirectamente
cuanta grasa tiene una persona.
Con todas estas medidas hechas a un gran número de jóvenes
estudiantes en los diversos centros educativos de Ceuta
hemos comprobado el estado actual de los cuerpos de nuestros
jóvenes adolescentes.
La malnutrición por bajo peso o delgadez se encuentra en
torno al 10% de los jóvenes de 13 a 19 años, de los que casi
un 3% presentan delgadez extrema. La delgadez es más
frecuente en los varones que en las mujeres, y con pequeñas
variaciones según la cultura. La edad con más frecuencia de
delgadez se encuentra en la etapa de 13-14 años en los
chicos y de 15 a 16 años en las chicas. Si ahora comparamos
estas cifras con las de otras zonas de España vemos que en
Ceuta la delgadez alcanza mayores niveles que en otras
regiones y Comunidades Autónomas.
Si ahora analizamos los datos sobre cuántos adolescentes
presentan malnutrición por exceso de peso, tenemos que
diferenciar lo que es una situación de exceso moderado a la
que llamamos sobrepeso, de aquella que implica un exceso muy
elevado y que denominamos obesidad. El sobrepeso alcanza en
nuestros jóvenes un porcentaje del 20% de la población,
cifra que es superior a la media nacional. Sin embargo el
porcentaje o prevalencia de la obesidad ronda un 10%.
Porcentaje este que siendo importante es inferior a la media
nacional.
Podemos concluir diciendo que se da un fuerte descenso de
las cifras de obesidad al pasar de la niñez a la
adolescencia. La obesidad se está reduciendo en España
gracias, entre otras cosas, a las importantes campañas para
concienciar sobre los problemas que la obesidad acarrea para
la salud presente y futura de la persona. En Ceuta también
se ha reducido la obesidad, ocupando un lugar por debajo de
la media nacional.
Sin embargo la situación de Ceuta, en cuanto al estado
nutricional de nuestros jóvenes, que tenemos que afrontar no
es tanto la obesidad sino el sobrepeso y la delgadez.
Malnutriciones en las que superamos los porcentajes de la
media nacional.
Sólo el 60% de nuestros adolescentes ceutíes tiene un índice
de masa corporal dentro de las medidas de normalidad. El
otro 40% presenta malnutriciones: delgadez 10%, sobrepeso un
20%, y obesidad un 10%. O lo que es lo mismo, de cada 10
jóvenes 1 tiene delgadez, 2 sobrepeso y 1 obesidad.
¿Cómo podemos mejorar esta situación? Las actuaciones y
programas que se hagan deben implicar a todos: familias,
profesores, profesionales de salud comunitaria, políticos,
medios de comunicación, y un largo etcétera. Hecho el
diagnóstico de la situación sobre el estado nutricional,
iniciaremos el análisis sobre los hábitos que determinan en
gran parte la situación ya descrita. La frecuencia y la
calidad del desayuno son muy importantes para que el joven
derroche vitalidad, con muchas ganas de afrontar su vida con
asertividad. Además resulta clave para la construcción de un
cuerpo saludable, que le acompañará a lo largo de toda su
vida como adulto.
Con un factor clave, “El desayuno”, iniciaremos a lo largo
de las próximas semanas nuestra serie de artículos para
mejorar, entre todos, el estado nutricional y la salud
integral de nuestros adolescentes de Ceuta gracias a la
adopción de hábitos cotidianos más saludables.
|