En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, es fundamental que todas y todos
denunciemos esta lacra. Pero no sólo es necesario actuar
contra la violencia en sí, sino contra ese machismo
socialmente aceptado que juega a la equidistancia,
invisibiliza las especificidades que caracterizan a este
tipo de violencia y pretende ridiculizar y banalizar a
aquellas voces que nos atrevemos a hablar de terrorismo
cuando nos referimos a las decenas de asesinatos de mujeres
en manos de sus parejas o ex parejas que cada año nos hacen
avergonzarnos como país. La violencia contra la mujer es
consecuencia directa de su discriminación en todos los
ámbitos sociales. Una de cada siete mujeres ha sufrido algún
tipo de violencia física o psíquica a lo largo de su vida.
No basta con que nos solidaricemos. Urge que desde el Estado
se tomen medidas urgentes para defender una igualdad
efectiva entre mujeres y hombres. Por ello, desde Podemos,
consideramos que es necesario: Blindar los presupuestos y
evaluar el impacto de nuestras leyes, mantener las
competencias en los ayuntamientos, ofrecer garantía
habitacional para las víctimas y cumplir con los convenios
internacionales. Son cuatro medidas de urgencia que se hacen
imprescindibles. La violencia SÍ tiene género. Y negarlo es
una manera de colaborar en su perpetuación.
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