Ni son once ni son eme… pero vuelven los peores recuerdos,
afortunadamente, también signos de ese patriotismo bien
entendido, sí, no aquel patriotismo de banderas, sino el de
muestras de apoyo, cariño y solidaridad entre las personas
que conforman un pueblo. Sirva el siguiente ejemplo: tal y
como ocurrió en España las reservas de sangre estaban al
máximo la pasada semana en París.
Ni son las victimas de los trenes… sin embargo somos el
pueblo que más puede empatizar con lo ocurrido. La mayor
muestra de cordura en nuestro país la ha dado de nuevo Pilar
Manjón, huerfana de hijo al haber éste sido asesinado en los
atentados de Madrid, declaraba en un tuit “@fhollandeSr
President,mi nombre es pilar Manjón, madre de Dani mort
11M04 en nombre d mi hijo le digo NO A LA GUERRA,otro mundo
es posible” , dando de nuevo otra lección de entereza y de
saber estar ante tanto odio reconcentrado. Paralelamente en
Francia la televisión recoge como un padre le explicaba a su
hijo de unos dos o tres añitos de edad lo sucedido y éste lo
entiende al momento, dejándonos una de las imágenes más
emotivas de lo tristemente acontecido, dónde lo que
realmente conmueve no es el sentimiento de protección del
padre hacía su hijo pero sí que en los ojos del niño se
transmite que la paz prevalecerá sobre la sinrazón.
Ni son nombres punto com… en cambio la primera victima,
casulamente ha sido la misma: la inocencia. Por ello,
lamento enormemente la bajura de miras de líderes que lejos
de actuar con la precisión de un cirujano para erradicar el
cáncer del fundamentalismo no hacen si no apagar el fuego
con más gasolina, ya que si tan solo se produce la muerte de
un inocente en una respuesta militar por parte de esas
grandes potencias, habrá vencido el odio y el terror con lo
que los terroristas habrán vencido la batalla. Acerca de
esto no puedo si no aplaudir la actitud de Anonymous, un
grupo mal llamado de hacktivistas anti-sistema que, a su
vez, es considerado por la FBI como terrorista, que aun sin
tener una marcada ideología política son defensores de lo
que ellos entienden por libertad de expresión, y que tras
los ataques del pasado fin de semana le han declarado la
guerra tecnológica al DAESH con el fin de que no difundan
más su mensaje vía redes sociales y cortando también sus
medios de financiación. Hasta el momento han cerrado más de
7000 cuentas destinadas a la captación de yihadistas en
Twitter.
Los mismos perros con distinto collar… Antes Al Qaeda ahora
un mal llamado Estado Islámico porque un estado es un
espacio común de personas que comparten un territorio, una
lengua y unas determinadas características comunes. La
palabra “estado”, por tanto, no está concebida para hablar
de un grupo de violentos. Asimismo, y desde mi agnosticismo,
considero que no merecen el apelativo de musulmanes aquellos
que atentan contra la vida de otro ser humano en nombre de
dios ayer en Siria, hoy en París y mañana en Mali.
Tampoco son once y tampoco son eme los que día a día sufren
en cualquier rincón del planeta la violencia de aquellos que
anteponen la locura sobre la vida.
Puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros,
y el mundo será uno solo.
John Lennon
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