El pacto contra el terrorismo
yihadista suscrito el pasado mes de febrero, en el Congreso
de los Diputados, entre las dos grandes formaciones de
hámbito nacional, Partido Popular y Partido Socialista
Obrero Español, suposo la constatación de un acuerdo
histórico entre demócratas con medidas claves para
garantizar las libertades de todos los ciudadanos. Medidas
vertebradas alrededor de tres ejes prioritarios en la lucha
contra un terrorismo aún desconocido; tipificación delitos
relacionados con el yihadismo, refuerzo instrumentos
utilizados por jueces, fiscales y Fuerzas de Seguridad así
como, la promoción del consenso y la coordinación con las
instituciones internacionales y el resto de formaciones
políticas.
Los demócratas del mundo reunidos en la Cumbre del G20
celebrada en Turquía la pasada semana, coincidieron en que
los mejores instrumentos para combatir el terror yihadista,
que sacude brutalmente a nuestra sociedad sin distinciones
de ningún tipo, son la acción de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, la actuación de jueces y tribunales, y la
cooperación internacional en un coflicto globalizado. Sin
ninguna duda, la unidad de los demócratas es la mejor arma
frente a este tipo de terrorismo por ello, se hace
totalmente necesario que todos los partidos políticos
existentes en nuestro país se sumen en estos delicados
momentos a un pacto que reivindica valores tan concretos
como la libertad, tolerancia y democracia.
Así lo han entendido los máximos dirigentes de Ciudadanos,
quienes no han dudado un solo instante en adherirse a la
propuesta planteada tanto por el Presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, como por el secretario general de los
socialistas españoles, Pedro Sánchez. En frente, en clara
contraposición, se han situado las formaciones políticas de
la extrema izquierda ideológica, IU y Podemos, quienes han
negado su adhesión desaprovenchando una clara oportunidad de
mostrarse como alternancia sólida a los dos grandes partidos
políticos españoles. Sin ninguna duda, una extrema izquierda
que continua buscando su espacio electoral a través del
conflicto, a través de la desestabilización de la sociedad
española, a través del enfrentamiento contra las
institucione del Estado frente a la unidad de los
demócratas.
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