Es inspector, su apellido es Lupián, y está al cargo de la
Unidad de Familia y Mujer de la Jefatura Superior del Cuerpo
Nacional de Policía en Ceuta.
Su equipo está compuesto por una docena de personas que
trabajan de una forma muy profesional en torno a la
violencia de género.
Uno de los datos interesantes que aporta el inspector Lupián
se centra en el hecho de que se están produciendo más
denuncias en torno a casos de violencia de género, lo que no
se traduce necesariamente en que hayan más casos, sino que
hay una mayor concienciación en cuanto a la importancia de
proceder de forma que los casos se puedan traducir en
actuaciones policiales y judiciales. Ahora bien, en cuanto a
datos muy precisos, difundidos a través del Instituto
Nacional de Estadística, que reflejan que los casos
detectados en 2014 fueron 51. Se refieren concretamente a
víctimas de violencia de género con orden de protección o
medidas cauteleras. La variación, con respecto a 2011 ha
sido una significativa disminución, del orden del 5,6%.
Ahora bien, la tasa de variación entre 2014 y 2013 es mucho
más importante, puesto que supone una disminución del 13,6%.
Datos especialmente esperanzadores. En total serían 246 las
denuncias formuladas durante lo que va de 2015.
“Se ha dado algún caso puntual”, explica Lupián, aunque
también subraya que hay un fenómeno en el que hay que
incidir, como son los acosos y amenazas en redes sociales “y
a través también de los móviles”.
La denuncia, según el responsable policial, es fundamental,
ya que ello activa el protocolo de actuación y prevención de
riesgos.
Se actúa, a nivel policial, mediante grupos de rabajo
altamente especializados que incluyen la investigación en
materia tecnológica en determinados casos.
Desde hace tres años, el inspector Lupián está trabajando en
Ceuta y subraya que en realidad “afloran más casos” pero por
las denuncias que se realizan. Valora de forma muy
importante el hecho de que haya “más información” y también
el hecho de que los medios informativos estén trabajando en
ello.
“Se conocen más casos”, pero en realidad el aumento de los
casos de violencia de género que se están produciendo en
Ceuta no alcanzan más de un 4 o 5% sobre los datos que
manejaban las autoridades policiales en los últimos años.
“Es porque se denuncia más”, indica el responsable policial,
en el sentido de que las mujeres y víctimas en general de la
violencia de género están muy concienciadas de que la
denuncia es fundamental, y no el callar.
Desde el momento en el que la Policía tiene constancia de un
hecho violento en materia de violencia de género se activan
actuaciones muy relevantes. A partir de la denuncia o del
conocimiento de que se está produciendo un hecho delictivo
de esta naturaleza se comienza la investigación, además de
la prevención, sumando procesos que entran en el ámbito de
los procedimientos meramente policiales.
Las técnicas que utilizan los expertos son diversas, pero
están muy bien enfocadas en aras a la prevención de daños a
las personas.
Se activan a partir de las propias víctimas, con las que “se
habla. También buscan orientación”, expresa el inspector.
Las intervenciones policiales en materia de violencia de
género se pueden activar a través de determinados
indicadores, bien sea por las propias víctimas, por
emergencias que surgen, también por parte de los propios
juzgados en sus actuaciones, por personaciones y también por
parte de advertenciasa que se originan en ámbitos
sanitarios, ya que los profesionales de éste último sector
están muy concienciados.
En resumen, las formas en que la Policía conoce que se están
produdiciendo casos de violencia de género son muy diversas,
pero están atentos a todas ellas.
Resulta el inspector Lupián precisamente el hecho de que la
mayor concienciación que existe en sectores como el
sanitario supone que las personas que están siendo víctimas
de episodios de violencia de género se traducen en “más
denuncias, pero no en más casos”.
En cuanto a víctimas mortales, lo cierto es que los
episodios ya conocidos de momento no han vuelto a repetirse
en Ceuta, por lo que parece que hay un horizonte de relativa
esperanza, aún sin bajar la guardia, por supuesto.
El trabajo que realiza la Unidad de Familia y Mujer de la
Jefatura Superior de Policía en Ceuta entraña una gran
complejidad, dadas las circunstancias de cada caso.
Deben trabajar con datos absolutamente “objetivos” como pone
de manifiesto el inspector Lupián. No obstante, su labor es
muy complicada, puesto que deben tener un esquema muy claro
de lo que pueda estar ocurriendo, requiriendo testimonios de
las personas implicadas, testigos, vecinos, actuaciones como
las del 061, asistencias médicas o antecedentes previos que
pudieran ser constatables.
Lo cierto es que a nivel judicial hay que poner de relieve
que la mayoría de los casos que se dirimen en los juzgados
de Lo Penal terminan en acuerdos.
El sistema que se utiliza es simple: la persona agredida se
niega a declarar y el supuesto agresor también. De esta
manera, los informes forenses sobre daños que pudieran
haberse cometido sobre las personas pasan por ser meras
pruebas de daños, pero que no se traducen, a la postre, en
indicativos de que una persona haya sido agredida por otra.
Así, puede haber sido una caída, un accidente fortuito el
que ha producido las lesiones que una persona pudiera haber
sufrido.
Habitualmente en estos casos, las sentencias se dictan ‘in
voce’, de manera que el proceso es muy rápido.
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