El proyecto de Presupuestos
Generales de la Ciudad Autónoma que se debatió ayer en el
Salón de Plenos no deja de ser un documento continuista.
Igual de continuista que las alegaciones y objeciones de los
grupos de la oposición, que ayer poco pudieron aportar para
enriquecer un proyecto que no necesitaba del consenso de los
diputados y dependía únicamente de la mayoría absoluta de
los populares. En una legislatura marcada por los pactos en
otras comunidades, el PP ceutí sigue teniendo el monopolio
de la batuta de la Asamblea y muestra de ello son los
presupuestos para 2016, que siguen una línea bien definida
ya en anteriores ejercicios. No obstante, estos presupuestos
están llamados a ser un punto de inflexión, como bien
reconoció ayer la consejera de Hacienda, Susana Román, y no
tanto porque exista un cambio de políticas en ellos, sino
porque se han consolidado los ingresos y se han saneado
algunas cuentas como la de los intereses que se pagaban por
la financiación.
Por otro lado, las políticas sociales adquieren un especial
protagonismo en este presupuesto en el que las inversiones
se han querido dejar en un segundo plano para resaltar los
aumentos en partidas como la del Ingreso Mínimo de Inserción
Social o las ayudas para alquileres. Un paso positivo que,
sin embargo, desde la oposición se ve insuficiente. Al igual
que creen mal configurado el resto del presupuesto y así lo
hicieron constar en la sesión plenaria de ayer en la que,
como estaba previsto, cada grupo representó su papel sin
sorpresas. Así, se aprobaron ayer de forma inicial unos
presupuestos que, al menos, darán continuidad a la línea de
actuación llevada hasta ahora por el Gobierno de Juan Vivas
y que buscan impulsar, entre otros proyectos, la tan
demandada inversión en barriadas. Tiempo al tiempo.
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