El 44% de las personas que entran de forma irregular en
Ceuta y Melilla lo hace con documentación de identidad
falsa. Así lo pone de manifiesto Amnistía Internacional en
un informe que hace público hoy con datos procedentes de una
respuesta del Gobierno español a una pregunta parlamentaria.
El estudio Miedo y vallas. Los planteamientos de Europa para
contener a las personas refugiadas refleja que, de las 7.485
entradas irregulares que las Fuerzas de Seguridad
registraron en Ceuta y Melilla el año pasado, 3.343 se
realizaron con un documento falso; 2.122 saltando la valla;
1.002 en patera; 243 de manera oculta en vehículos, y 775
por otros procedimientos.
“La mayoría de las llegadas irregulares registradas fueron
de refugiados sirios con documentos falsos a través de los
puestos fronterizos oficiales”, dice la ONG, que denuncia
que los refugiados se ven obligados a recurrir a estos
métodos porque en los países de tránsito se les impide el
paso hacia Europa sin dejarles siquiera pedir asilo.
“Marruecos no da protección internacional a los solicitantes
de asilo sirios y tampoco les deja acercarse a la frontera
española porque tanto España como el resto de los países de
la UE han centrado sus esfuerzos en conseguir que países con
los que hacen frontera se conviertan en sus porteros. La
única forma que tienen los refugiados de poder pasar es con
un pasaporte falso de Marruecos o Melilla”, indica Virginia
Álvarez, responsable de Política Interior de Amnistía
Internacional y una de las personas que ha elaborado el
informe.
El estudio detalla que “las leyes españolas permiten a los
marroquíes que residen en las provincias de Tetuán o Nador
entrar» en las ciudades cercanas de Ceuta y Melilla “sin
necesidad de visado”. “Por consiguiente, sirios y, en menor
medida, argelinos y marroquíes, alquilan documentos de
identidad de marroquíes residentes en Tetuán o Nador para
entrar en Ceuta y en Melilla, respectivamente”, explica la
ONG. “Los portadores de estos documentos fingen ser
marroquíes y entran a pie o en vehículo a los puestos
fronterizos oficiales”, añade.
Por eso los subsaharianos no pueden recurrir a esta opción
-no tienen aspecto físico de marroquíes- y se ven forzados a
recurrir a la patera o a la valla. La compra de estos
documentos oscila entre los 500 y los 2.000 euros, según
cuentan a Amnistía Internacional refugiados sirios
entrevistados en Ceuta y Melilla.
Dinero para las vallas
España ha gastado más de 22.000 euros diarios entre 2005 y
2013 en la instalación y el mantenimiento de sus 18,7
kilómetros de vallas en las fronteras de Ceuta y Melilla con
Marruecos, según un informe de Amnistía Internacional (AI).
Este es uno de los datos recogidos en el estudio “Miedo y
vallas: Los planteamientos de Europa para contener a las
personas refugiadas”, que revela que los Estados miembros de
la Unión Europea han destinado más de 175 millones de euros
a la construcción de 235 kilómetros de vallas en sus
fronteras exteriores. El director de Amnistía Internacional,
Esteban Beltrán, ha señalado a Efe que “España ha sido el
primer mal ejemplo europeo en poner en práctica medidas para
reprimir la llegada de inmigrantes y refugiados, con la
construcción y el refuerzo de las vallas en las fronteras de
Ceuta y Melilla”. Beltrán dice que allí se cometen “graves
violaciones de los derechos humanos” como las “devoluciones
en caliente”, el uso excesivo de la fuerza por parte de la
Guardia Civil con refugiados e inmigrantes o los obstáculos
a los procedimientos de asilo.
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