Desde hace mucho tiempo, los musulmanes de todo el mundo
hemos venido manifestando mediante declaraciones,
comunicados y fatuas nuestro rechazo a los grupos
terroristas, que como Al Qaida o el Daesh (término árabe que
designa al así llamado ‘Estado Islámico’), utilizan el
nombre de la religión islámica para justificar su proyecto
criminal dirigido a imponer un régimen de terror a
poblaciones enteras en Oriente Medio y otras zonas. En esta
ocasión, el escenario de un ataque terrorista ha sido París.
En otras ocasiones ha sido Nueva York, Madrid, Londres o
Bali. Mañana puede ser cualquier parte del mundo.
Desde los atentados del 11 de Septiembre de 2001 hasta hoy,
las comunidades musulmanas han llevado a cabo una tarea
didáctica, tanto hacia sus propios miembros como hacia el
exterior, para expresar el rechazo y la condena al
terrorismo y dejar claro que este fenómeno supone un ataque
directo a las enseñanzas del Islam recogidas en el Corán y
la Sunnah del Profeta Muhammad.
Los textos religiosos son claros con respecto a este
fenómeno y la defensa del carácter sagrado de la vida
humana. El Corán dice: “No arrebatéis ninguna vida, la cual
Dios ha hecho de ella algo sagrado, salvo en caso de
justicia y ley: esto es lo que Él os ordena, para que podáis
aprender sabiduría.”(Al-Anam, 151). “Si alguien mata a una
persona inocente es como si hubiera matado a toda la
humanidad; y si alguien salva una vida humana, es como si
hubiera salvado la vida de toda la humanidad.” (Al-Maidah,
32)
Según el consenso de las autoridades religiosas, la condena
que se hace en el primero de estos versículos a “los que
extienden el mal” en la tierra engloba a los que cometen
actos de terrorismo. Es por ello que los expertos y eruditos
musulmanes nunca han tenido ninguna dificultad en encontrar
argumentos sólidos para condenar el terrorismo y el
extremismo. Estos puntos fueron recogidos en una fatua que
emitida por la Comisión Islámica de España en 2005, con
motivo del primer aniversario de los atentados del 11-M en
Madrid, y que tuvo un amplio eco a nivel internacional.
La barbarie terrorista afecta a los musulmanes, ya sean
shiíes o sunníes, a los cristianos y a otros grupos
religiosos que han sido objeto de una clara persecución en
el territorio de Siria bajo el control del Daesh, el Frente
al Nusra y otros grupos terroristas. Estos crímenes se han
reproducido también en Mosul y otras ciudades iraquíes.
Todos ellos suponen una grave violación de las enseñanzas de
la religión islámica.
Los terroristas del Daesh, Al Qaida y otros grupos similares
promueven una ideología “takfiri” que supone la negación de
las creencias de todos los que piensan diferente, incluyendo
a la inmensa mayoría de los musulmanes a los que consideran
“apóstatas”. Estos terroristas derivan su ideología del
wahabismo, una corriente extremista aparecida en el s. XVIII
en el territorio de lo que es hoy Arabia Saudí.
Desgraciadamente, en los últimos tiempos ha aparecido el
fenómeno del así llamado”yihadismo” que supone de hecho el
reclutamiento de personas, tanto en los países de mayoría
islámica como en los occidentales, para la lucha en países
extranjeros. Este fenómeno ha crecido debido a la existencia
de las redes sociales, donde se produce una proliferación de
páginas y foros que promueven ese fenómeno.
Las autoridades de muchos países y las comunidades
musulmanas han estado cooperando para desarticular estas
redes de reclutamiento y eliminar los sitios extremistas. En
este campo ha sido posible obtener éxitos, pero la labor es
inmensa.
Un problema fundamental que debe ser abordado es el de la
financiación del terrorismo. Durante muchos años, las redes
terroristas han recibido apoyos, tanto privados como
oficiales, de algunos estados árabes del Golfo Pérsico. En
este sentido, los gobiernos occidentales deben dejar claro a
estos países, con los que mantienen privilegiadas relaciones
de tipo económico y militar, que deben poner fin a este tipo
de actividades y dejar de utilizar el terrorismo como una
forma de hacer política “por otros medios”.
No hay duda de que al final todas las medidas militares e
ideológicas darán su fruto y el terrorismo será derrotado.
Con ello se pondrá fin a una lacra que azota a la humanidad
y a un peligro indudable y letal que se cierne sobre el
Islam y la comunidad musulmana a nivel mundial.
*YUSUF FERNÁNDEZ es Secretario de la Federación Musulmana de
España (FEME)
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