Hace año y medio, Juan Moreno se
ponía al frente de la Federación Provincial de Asociaciones
de Vecinos (FPAV) con el objetivo de lograr la unidad entre
los distintos presidentes de las barriadas, y de que los dos
bandos claramente formados llegarán a un consenso para remar
todos juntos en una misma dirección. Pero el resultado no ha
podido estar más alejado de esa declaración de intenciones
que hizo Moreno en mayo de 2014. Ahora la guerra abierta
dentro de la federación es más que manifiesta y buena
muestra de ello es que 11 de los 16 miembros que forman la
Junta Directiva han presentado su dimisión en los últimos
días, lo que puede provocar que se tenga que nombrar una
Junta Gestora y convocar nuevas elecciones. Moreno, a la
vista de los hechos, no sólo no ha logrado convencer al
bando crítico (formado por varios presidentes, encabezados
por Miguel Ayora, que desde el principio se opusieron a la
forma de actuar de Moreno) sino que ha espantado a quienes
le apoyaron para que fuera elegido presidente, como es el
caso de su antecesor y mentor, José Ramos. La clave, según
las críticas que se han vertido ya desde todos los frentes,
ha sido la supuesta falta de transparencia en la gestión de
Moreno.
Desde mayo de 2014, la FPAV ha vivido en una polémica
continua que ha estallado con la dimisión en bloque de dos
terceras partes de los miembros de la Junta Directiva.
Ahora, le toca mover ficha a Moreno, que hasta el momento no
se ha manifestado sobre lo ocurrido, pero que está obligado
a convocar elecciones de acuerdo con los estatutos. Todo
apunta a que deberá claudicar ante la evidente falta de
apoyo en el seno de la FPAV, pero habrá que esperar a ver
qué tiene que decir.
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