El presupuesto que se ha aprobado
por parte del Consejo de Gobierno para 2016, como reconoció
el propio presidente, no es original y tiene poco margen de
maniobra, pero sí va encaminado a cubrir las prioridades de
gasto e inversión. Este documento es una muestra de la
recuperación económica que, lejos de ser una mera
proclamación política, se está dejando sentir, entre otros
aspectos, en el dinero que llega en forma de transferencia
del Estado. Sin embargo, no se ha llegado a la meta y el
camino aún es largo para poder aseverar que España,
nuevamente, va bien. No es hora de dormirse en los laureles,
sino de seguir trabajando y esforzándose por reducir gastos
de allá donde se pueda para ampliar las partidas de
políticas sociales o reforzar la inversión en proyectos que
reviertan en el bienestar de todos los ceutíes.
De momento, el Gobierno ha hecho los deberes de asignaturas
como la financiación, en la que se han conseguido rebajar
los intereses y por tanto pagar menos para dirigir ese
dinero a otras políticas más necesarias. Asimismo, como
demanda la propia situación de la ciudad y de las centenares
de familias que ya viven bajo el umbral de la pobreza, se
han reforzado las políticas sociales. Aunque aún se necesita
más. Ceuta ha cumplido con los planes de ajuste y
sostenibilidad y eso, recuerdan desde el Gobierno, tienen
una incidencia positiva en el sostenimiento de los servicios
básicos y sociales. Unos servicios que, una vez que se ha
garantizado su viabilidad, hay que reforzar. Mientras, en el
capítulo de inversiones, también se abre un periodo positivo
en el que parece que se culminarán proyectos como la
Estación de Ferrocarril o se apostará más por las barriadas.
Demandas que estaban sobre la mesa y que la crisis dejó
aparcadas, pero que ahora se retoman.
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