El Banco de Alimentos se ha
convertido en imprescindible en una sociedad afectada
duramente por la crisis y, en especial, el de Ceuta es más
que necesario ya que atiende a ocho de cada cien ceutíes.
Sus responsables, que trabajan de manera voluntaria y
desinteresada, son un ejemplo de tesón, ya que han
conseguido llegar a todos los ciudadanos y con ello lograr
que los ceutíes estén implicados en la encomiable labor de
ayudar a los que más lo necesitan. No en balde, en cada gran
recogida anual, que se hace en toda España, la ciudad
autónoma siempre destaca por la generosidad de sus
habitantes, pues, en proporción, en Ceuta se recogen más
alimentos que en otros rincones. Sin embargo, aún así es
insuficiente. El Banco de Alimentos siempre necesita
aportaciones y durante todo el año tiene sus puertas
abiertas para recibir alimentos. Unas puertas que no han
dudado en cruzar todo tipo de asociaciones e instituciones,
e incluso los centros educativos donde sus alumnos organizan
recogidas de alimentos de forma periódica.
Con su labor, el Banco de Alimentos de Ceuta nos ha enseñado
a ser más generosos y también a no olvidar a quienes más
sufren por la falta de recursos económicos. Una situación en
la que puede caer cualquiera y que demasiadas veces se vive
en silencio por miedo, y así lo saben los voluntarios de
este banco, algunos de los cuáles incluso son beneficiarios
de su ayuda. Comer es una necesidad básica que desde el
Banco de Alimentos se encarga de cubrir, y no es una tarea
sencilla. Organizar el banco, gestionar la entrega de
alimentos, y controlar que todo salga bien, así como cerrar
acuerdos con todo tipo de organizaciones para recibir más
ayuda, es una labor digna de admiración que, muchas veces,
pasa desapercibida pero que hay que aplaudir y hacerlo con
fuerza para que continúe.
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