La Asociación ‘Afectados por Hacienda’ continúa con su lucha
y ayer enviaba un artículo a través del cual salía al paso
de las reacciones que han provocado las manifestaciones
realizadas y publicadas por este medio el pasado miércoles.
El comunicado remitido ayer por esta asociación dice
textualmente:
1º Agradecimientos
Antes de nada, es de agradecer al diario “El Pueblo de
Ceuta” la difusión de la creación de nuestra Asociación en
su rotatorio del 4 de noviembre. La noticia ha traído a
cientos de familias un rayo de esperanza para paliar la
difícil situación en la que se encuentran y no han sido
pocas las felicitaciones personales que hemos recibido.
Recordamos que nuestra Asociación es una asociación sin
ánimo de lucro.
También queremos agradecer a uno de los delegados sindicales
de la Agencia Tributaria de Ceuta su preocupación por
nuestra salud y nivel cultural en sus declaraciones del día
siguiente, pese a no tener el respaldo de la cúpula de su
propio sindicato. No son pocos los afiliados de su propio
sindicato que pertenecen a nuestra Asociación y que no
comparten, en absoluto, las declaraciones vertidas (incluso
dentro de su propio gremio).
La Asociación no está configurada para arremeter contra un
delegado sindical de la Agencia Tributaria, que se ve en la
obligación de defender los intereses de sus afiliados
(tengan o no razón), aunque sólo sea a través de
descalificativos y sin el más mínimo argumento jurídico.
En este punto se quiere puntualizar que el plazo de
alegaciones para contestar a un expediente sancionador
iniciado de oficio por la Agencia de Tributaria es de 15
días hábiles y no de 10 como parece sugerir el citado
representante sindical, usando técnicas desinformativas que
no nos cansaremos de denunciar.
2.- Delimitación
Las primeras irregularidades detectadas se circunscriben al
Departamento de Gestión de la Agencia Tributaria con
Delegación en Ceuta, que inician expedientes de verificación
de datos sin seguir las más elementales reglas de la razón
humana y eligiendo un procedimiento inapropiado, en
demasiadas ocasiones, para el fin que dicen perseguir,
creando una notable situación de desasosiego e indefensión
en el contribuyente afectado por esta mala praxis.
Uso de procedimientos que llegan a anular cualquier
posibilidad de defensa real para el contribuyente. Tenemos
casos en el que en un sÓlo día, un sólo contribuyente ha
recibido 5 notificaciones distintas de 5 ejercicios
distintos, otorgándosele un plazo ridículo de 10 días para
su defensa frente a peticiones escandalosas. A nadie se le
escapa que en plazos tan reducidos, ningún ciudadano puede
defenderse adecuadamente, teniendo una media de 2 días por
cada año y con el tremendo impacto psicológico que tal
ataque produce, ello sin perjuicio de la ausencia de
asistencia jurídica adecuada que pueda tener el
contribuyente.
Nosotros seremos los “locos”, los “cobardes” o los
“ignorantes”, pero los que destruyen familias enteras no
somos nosotros. Nosotros no enviamos “paralelas” carentes o
de escaso fundamento jurídico. Nosotros no enviamos 5
ejercicios fiscales en una sola tacada al contribuyente para
arruinarlo. El simple hecho de enviar la revisión de más de
un ejercicio fiscal por año y contribuyente indica la falta
de diligencia y el grado de crueldad con la que se actúa
contra los contribuyentes. ¿No han tenido tiempo
anteriormente para revisar las declaraciones de renta de los
ceutís? ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿El complemento salarial
que ahora perciben esos mismos funcionarios que antes no
encontraban nada?
3.- Dilaciones sospechosas
Respecto a esta falta de diligencia por parte de la Agencia
Tributaria revisando ejercicios de hace más de un año (a
veces de hasta 5 años atrás) no se quiere decir nada. Los
funcionarios de la Agencia Tributaria remiten estas
liquidaciones tan dilatadas en el tiempo con dos claros
objetivos:
1º Aumentar artificialmente los intereses de demora que se
reclama al contribuyente, precisamente, por una falta de
diligencia administrativa previa. Con ello, el daño causado
al ciudadano es aritméticamente muy superior, pese a no ser
el causante de esa dilación.
2º Dejar indefenso al contribuyente. No es lo mismo recabar
datos y pruebas de hace un año que de hace 5 o 6 años,
imposibilitando cualquier tipo de respuesta adecuada y,
todo, en unos plazos ridículos y sin seguir el procedimiento
destinado a tal fin.
4.- Desigualdad de armas
Nos guste o no nos guste, cuando se recibe la famosa cartita
de la Agencia Tributaria, el contribuyente no se encuentra
en una situación de igualdad de armas.
PRIMERO: Todo el aparato del Estado se vuelca contra el
contribuyente, con infinidad de recursos económicos, de
personal y de información (a veces no contrastada).
SEGUNDO: Mientras el funcionario que acusa dispone de años
para tratar de reunir meras conjeturas, al contribuyente
sólo se le ofrecen 10 días para probar su inocencia, en un
proceso inquisitorial en la que se pide al acusado que
demuestre su inocencia.
TERCERO: El propio instructor recibe un complemento salarial
por las cifras de “fraude” descubierto, por lo que su
imparcialidad queda empañada por este hecho. De ahí que
hayan tantos casos en los que el contribuyente no encuentre
la justicia fiscal deseada y en cambio resulte condenado por
cuestiones que ni siquiera vienen en la Ley y que, a lo
sumo, son una mera interpretación sesgada de un artículo
igualmente sesgado a la conveniencia del acusador. Todo ello
en un marco en el que, pruebe lo que pruebe el
contribuyente, nunca será suficiente puesto que, cuanta
prueba pueda ser aportada será degrada. Y quien valora y
degrada la prueba es precisamente quien cobra por que los
hechos que se prueban no queden probados, produciéndose una
condena interesada e injusta.
5.- David contra Goliat
Que nadie se lleve a engaños, esto es una lucha entre el
débil (los ciudadanos) contra el fuerte (el Estado). Pronto
saldrán voces contrarias a nosotros de altas instancias
administrativas para tratar de que desistamos en nuestro
empeño de limpiar la imagen de la propia Agencia Tributaria.
Ya hemos podido ver lo poco que ha tardado un delegado
sindical de ese aparato en salir en defensa de los
ejecutores de estas irregularidades pero ocultando el
beneficio económico que le reporta tal actuación. Parte de
esa defensa consiste en llamar cobarde a quien ejerce de
David, lo que demuestra la verdadera cara de los
contendientes.
A Goliat le importa poco el sufrimiento ajeno. A Goliat le
importa muy poco el sentido de justicia. A Goliat no le
interesan las legalidades o los procedimientos. A Goliat
sólo le interesa cuanto puede sacarte y, si es posible,
acudiendo a los bolsillos más vulnerables (trabajadores,
pensionistas o comerciantes).
En la conciencia de cada uno queda ponerse de parte del
saqueador o del saqueado, pero lo que es innegable es que
existe un problema creado por determinados funcionarios que
antes no existía, y eso que la Ley no ha cambiado. Unos
buscarán excusas políticas para este problema, otros
satisfacción en sus deseos de venganza, pero en nuestra
humilde opinión, lo único que subyace, es la simple codicia.
Usamos este medio como ejemplo de la libertad de expresión.
Quizás esto también trate de ser silenciado porque no guste
a ciertos poderes.
Si alguien desea contactar con nosotros, tenemos abierto a
la disposición general el correo afectadosxhacienda@gmail.com.
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