La imagen que proyecta Ceuta más
allá de sus fronteras tristemente está marcada por el
tráfico de drogas o algunos casos de yihadismo. Dos
problemas que, aunque se dan en al ciudad, no la definen ni
comprometen la seguridad que se siente en sus calles. Y es
que, Ceuta es una ciudad segura y así lo perciben todos
aquellos que la visitan o se instalan en ella. No obstante,
eso no quiere decir que dentro de sus límites no se cometan
delitos, ya que no se está a salvo de hurtos o asaltos en
ningún rincón del mundo, pero no se producen en una alta
protección y, además, han disminuido en los últimos años
gracias al esfuerzo y el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado. En la ciudad, por su condición de
frontera en el norte de África, además se cuenta con la
ventaja de tener un número de agentes por cada mil
habitantes muy superior a la media española. Una situación
que se nota, pues es raro andar por la ciudad sin
encontrarse ningún vehículo policial. Así, lejos de la
imagen de una ciudad sin ley al sur del sur, Ceuta es un
territorio lleno de vigías que velan por que sus ciudadanos
estén tranquilos y eso al final se deja notar en las
estadísticas. Las últimas señalan, entre otros aspectos, que
los robos con violencia e intimidación han caído un 7,5%
durante los nueve primeros meses de este año respecto a 2014
y que el tráfico de drogas ha experimentado un decremento de
más del 36%. Este tráfico de estupefacientes es la principal
fuente de delitos en la ciudad, que nuevamente por su
condición geográfica, se ha erigido como puente de
‘camellos’ que cruzan hacia la península. No obstante, los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado cada vez tienen
más cercadas a las mafias que trafican y en los últimos
meses han dado golpes importantes a células bien
organizadas. Una labor ejemplar que continúa.
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