Cerca de 300 ceutíes participaron
el jueves pasado en las Primarias Abiertas promovidas por el
Círculo Podemos de Ceuta para elegir a nuestros candidatos a
Congreso y Senado. Muchos hemos coincidido en señalar el
carácter histórico del proceso: sacar las urnas a la calle
para que sea la ciudadanía, venga de donde venga y tenga el
carné ideológico que tenga, la que pueda decidir los nombres
de sus futuros candidatos a representantes es algo inédito,
un hecho sin precedentes en Ceuta. A la espera de que el
Comité Electoral de Podemos ratifique a nuestras tres
propuestas, un servidor no puede estar más contento con el
resultado de las votaciones. Los tres elegidos representan a
la perfección el espíritu de Podemos.
A Mohamed Faitah le conocí en una manifestación. Por aquel
entonces yo andaba liado con el Frente Cívico Somos Mayoría,
la iniciativa de Julio Anguita que influiría definitivamente
en Iglesias y Monedero para la conformación de Podemos. Ese
día, creo que fue la primera vez que tanto Faitah como yo
tuvimos que subirnos a un escenario y hablar en público.
Desde entonces, hemos coincidido en todas y cada una de las
movilizaciones que se han ido dando en la ciudad. Él, como
cara de la Asociación Pedagogía Ciudadana. Yo, como portavoz
del Círculo Podemos. Muchos son los debates que hemos
tenido. Sobre el Estado del Bienestar, el Neoliberalismo,
los medios de comunicación, la Transición. Hablamos de
autores y nos recomendamos libros, pero Faitah siempre acaba
llevando todos los debates al mismo terreno: la Educación.
Su pasión. Una pasión que le ha llevado a estudiar -en el
tiempo libre que le deja su vida familiar, su trabajo y su
activismo- la carrera de Educación Social. A pocas personas
he visto implicarse más en este terreno. Recuerdo cuando
tantas familias sirias acamparon en la Plaza de los Reyes.
Allí estuvo Faitah prácticamente cada día. Haciendo de
traductor para la prensa (y para mí), organizando jornadas
socioeducativas para hacer más llevaderas las tardes de los
niños, siendo el nexo de varias ONGs, acudiendo a Delegación
de Gobierno para exigir soluciones. Si Faitah logra llegar
al Congreso, estoy seguro de que será lo opuesto a la que ha
sido el diputado Francisco Márquez. Faitah no cobrará dietas
por no acudir a Plenos, ni por alojamiento en ciudades en
las que tenga pisos. Ni tampoco percibirá en un mes lo que
muchos afectados por las políticas del Partido Popular ganan
en un año. Sé a ciencia cierta que se dejará la piel por los
derechos de los ciudadanos. Es su vocación.
Luis Zambrano es mi debilidad. Nos conocemos desde hace un
año más o menos, pero conectamos al instante. A día de hoy
puedo decir que, además de un compañero, es mi amigo.
Comemos, cenamos y salimos juntos por ahí los pocos días que
él puede hacerlo. Luis es “mi colega”. En pocos meses se ha
hecho un hueco en mi círculo de personas cercanas y lo ha
hecho porque tiene un don: se hace querer enseguida. Aparte
de eso, es una persona comprometida con las causas justas.
Más de una vez me ha llamado de noche para decirme que le
habían avisado de la llegada de pateras y que iba de camino
para ayudar. Lleva el activismo en la sangre. De hecho, si
hoy somos amigos es porque en su día un conocido común me
habló de que un futbolista del Ceuta estaba interesado en
conocer al chico de Podemos. Le escribí y me lo llevé a una
reunión. Y hasta ahora.
Luis rompe un tópico. El tópico de que la gente del mundo
del deporte -del fútbol concretamente- es gente poco
concienciada. Siempre he aborrecido esa estupidez de que no
se debe mezclar deporte y política, pues la política lo
impregna todo. Yo lo sé y Luis lo sabe, por eso se arriesga
y se involucra, sabiendo que su compromiso puede acarrearle
consecuencias negativas. No van a ser pocos los que en esta
ciudad le insulten por estar en Podemos, pero él lo asume
sin más. Eso es valentía. Lo que hace falta en nuestras
instituciones: valentía.
Por último, llegamos a Paloma Manzano. Es a la que menos he
tratado en lo personal, aunque buenos amigos que han
trabajado con ella me hablan maravillas. Si Faitah y Luis
son personas comprometidas y concienciadas, Paloma es una
referencia para ambos, un ejemplo a seguir. Son muchos años
los que esta mujer lleva en la lucha. Polítóloga y
socióloga, su labor siempre se ha centrado en la protección
de sectores vulnerables, sean mujeres víctimas de violencia
de género, personas sin papeles o niños sin escolarizar. Su
trabajo al frente de la ONG Digmun le avala. Tanto es así,
que fue condecorada con el Premio Maite Alascio en 2014,
reconocimiento del sindicato Comisiones Obreras a las
mujeres que luchan por un mundo más justo. Hace unos días
estuvo en un Congreso Internacional en Madrid para defender
el derechos de los niños a ser niños. El futuro de esta
ciudad y del país debe pasar por la plena igualdad entre
hombres y mujeres y porque no haya un sólo niños sin sus
necesidades básicas cubiertas. Con Paloma Manzano tenemos
una garantía de que no va a faltar voluntad para que así
sea.
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