Cuando se intenta analizar las actuaciones del Desgobierno
del Sr. Vivas, una se queda turbada por las incomprensibles
posturas que toma un día y la totalmente contraria al
siguiente, para salir por una tercera y acabar no haciendo
nada, continuando con el mismo descontrol y despilfarro que
define a esta Corte de los Milagros creada para loor del
líder y beneficio de sus lisonjeros, sin embargo genera en
los y las vecinas de la ciudad una desazón de impotencia
ante su indolencia para afrontar los problemas reales de
nuestra ciudad.
Estos cambios, que como veleta
movida por el viento, se explican mediante frases reiteradas
una y otra vez, que por manidas dejan de tener el más mínimo
valor: “el interés general”, “los informes técnicos”, “la
transparencia”; cuando no son puras soflamas partidistas que
intentan tapar sus vergüenzas al verse acorralados por la
cruda realidad: “o el bombo o el dedo”, “se ocultan en el
victimismo”.
En esta ocasión ha sido con “el
problema de los caballos”, al que se refería el portavoz del
Desgobierno, como si los animales hubieran creado problema
alguno, una nueva fórmula para ocultar su incapacidad para
gestionar la Ciudad. Ahora nos encontramos con que lo que
decían que iban a hacer, no lo hacen y acaban por pactar en
un despacho (parece que los “nuevos” políticos siguen con
los “antiguos” métodos) que continúe el anterior explotador,
puesto que “es la fórmula más transparente de todas”. ¡Vaya,
encerrarse en un despacho a negociar es la forma más
transparente! Y por supuesto comunicarlo un mes después es
la cúspide de la claridad. Pues que viva la transparencia,
Sr. Vivas.
Si analizamos los costes actuales
que debe soportar el Ayuntamiento, el mantenimiento de los
caballos y de las instalaciones, los veterinarios y ahora la
“enseñanza”, nos sale un coste mensual de unos 45.500 euros,
que al año sale por 546.000 euros; sin añadir el coste de
todos los servicios de la ciudad (Parque Móvil, Obimace,
Obimasa, etc. ) que tuvieron que adecentar las instalaciones
dado el estado en que la dejó el anterior adjudicatario,
unas instalaciones municipales que sufrían un abandono
total.
Estas son las grandes
negociaciones del Desgobierno del Sr. Vivas: ante la
incapacidad de sus gestores para planificar una solución
(que el contrato terminaba en agosto, se conocía desde el
año 2013) se han dedicado a practicar la indolencia con la
que retozan en sus despachos, esperando que sus “empresarios
afines” aceptaran sus condiciones, pero en esta ocasión sus
“presupuestos” fallaron, el afortunado adjudicatario no se
conformó con lo que le daban y pidió mucho más. La falta de
previsión les obliga a quedarse con el sustento de 127
caballos y no son ni capaces de denunciar al propietario de
casi todos ellos por un posible delito de abandono animal
(art.337. bis Código Penal). El adjudicatario se queda con
las actividades y con mayor beneficio, y los y las ceutíes
con cara de estupefacción ante tamaña tropelía que nos
cuesta más de un veinte por ciento de lo que pedía el
afortunado adjudicatario de la instalación.
Pero como diría el vocero del
Desgobierno, “hemos solucionado el problema de los
caballos”, puesto que “es un servicio importante con un
valor incalculable, decía el responsable de deportes. Tan
sólo deseo que esta importancia y valor se la transmitan a
la responsable de Asuntos Sociales y, aunque no sea un buen
negocio para un “afortunado empresario”, sí es un grave
problema de personas, esas que vemos como desesperan en las
colas de Cruz Roja, Cruz Blanca, Cáritas o en las oficinas
de Asuntos Sociales rogando para que les puedan, no ya
“solucionar su problema”, sino tan sólo que las escuchen.
Cuando repetimos hasta la
saciedad lo del Desgobierno del Sr. Vivas, lo hacemos con
conocimiento de causa, los hechos que denunciamos muestran y
demuestran la incapacidad del Sr. Vivas para sacarnos del
pozo donde nos ha hundido, ni posee un proyecto de futuro
para la ciudad, pues de tenerlo no andaría todo el día
cambiando de parecer; ni tiene un “equipo de gestión”, pues
tan sólo saben generar problemas, en vez de solucionarlos;
ni cree en el futuro de nuestra ciudad, y este es el
problema más grave del Sr. Vivas, nunca ha creído mas que en
”la dulce, pequeña y marinera”, pero darle un futuro a
nuestra Ciudad es incapaz porque no cree en ella; ahora tan
sólo le preocupa salvarse de la quema judicial que se le
avecina.
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