Coacciones, fraude,
irregularidades y mafia… son palabras propias de una novela
negra que, sin embargo, afloran cuando en Ceuta se habla de
elecciones sindicales en el sector educativo. Si hace dos
días tres sindicatos se unían para firmar un comunicado en
el que alertaban de un posible fraude en el voto por correo,
ayer era una de estas centrales (STE Ceuta) la que aseguraba
que sus candidatos habían sufrido presiones por parte de
representantes de otros dos sindicatos.
Una situación que parece tramada
por el mismísimo Mario Puzo para un capítulo de ‘El Padrino’
y que, precisamente en el mundo sindical, debería
considerarse surrealista.
No es normal que ninguna
persona se vea sometida a presiones o coacciones para elegir
a quien debe representarle y defender sus derechos como
trabajador, pero menos aún si se habla de docentes. Una
situación que se agrava más aún si se une a la vivida hace
apenas unos meses cuando el cese de varios directores desató
una batalla campal en distintos centros educativos.En ese
momento también se habló de amenazas y estas situaciones lo
único que hacen es eclipsar lo que verdaderamente debe
perseguir un docente: una buena educación para sus alumnos.
Algunos sindicatos parecen más preocupados por asegurar su
cuota de poder en la Junta de Personal Docente que de los
verdaderos problemas de la educación en Ceuta y esa imagen
que proyectan es lamentable a los ojos de cualquier
ciudadano. Por ello, precisamente en la recta final antes de
las elecciones, ha llegado el momento de asumir lo que se
pide a los políticos y velar por el interés de los
trabajadores, así como garantizar la transparencia de las
votaciones, y aunar esfuerzos para mejorar de forma efectiva
la educación en la ciudad.
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