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Los polígonos del Tarajal llevan
años siendo un foco de continuos problemas de seguridad que
se derivan de la presencia de los porteadores y de quienes
quieren hacer negocio con ellos. Una situación que en el
último mes se ha agravado con numerosos robos, atracos y
extorsiones a los porteadores, y que la Policía Nacional ha
atajado con una operación contundente que ya ha tenido sus
primeros detenidos. En el Tarajal se necesita precisamente
de esta determinación demostrada por el CNP para actuar
contra quienes se quieren aprovechar de la necesidad de los
centenares de porteadores que cruzan en condiciones extremas
la frontera para ganarse la vida.
No se puede consentir que los
polígonos, por su condición de ‘privados’, sean un terreno
donde florezca la ‘ilegalidad’ a través de personas que se
autoimponen el derecho a cobrar beneficios por organizar una
cola de porteadores, ni mucho menos que existan bandas
organizadas que acosen a estas personas que llegan desde
Marruecos para sacarse unos cuantos euros cargando a sus
espaldas fardos más grandes que ellas mismas.
En las últimas semanas la
tensión ha ido creciendo en los polígonos, al igual que el
desasosiego entre los empresarios que allí tienen su
negocio, y sólo con una actuación como la llevada a cabo por
la Policía Nacional se puede comenzar a atajar el problema.
Aunque este, para solventarse, requiere de más que de una
actuación policial. Eso sí, esta operación demuestra
agilidad y determinación por parte del CNP para controlar
una situación que se había desbordado. No obstante, la
inseguridad en los polígonos del Tarajal es un problema que
se da de forma recurrente y al que, por parte de empresarios
y administraciones públicas, hay que buscarle una solución
definitiva. El puente está tendido, ahora falta que haya una
determinación política para recorrerlo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
