Resulta curioso comprobar como las medidas más humanas,
progresistas y valientes, producen un mayor revuelo en la
sociedad. Desde el PSOE, hemos elaborado un programa rico,
participativo y reformista que está dejando huellas. Tenemos
grandes retos, como acabar con la desigualdad, mejorar la
convivencia entre las generaciones y los territorios, hacer
que las personas vuelvan a confiar en las instituciones, y
dotar de oportunidades y derechos a la sociedad mediante un
nuevo modelo económico y productivo basado en el crecimiento
justo. Ideas, propuestas y ganas de hacer, pero como todo en
la vida, cuando algo es positivo y bueno tratarán de
hundirlo sobre todo quienes tienen las de perder. Y esto lo
sabe hacer muy bien el PP.
Nadie pude negar la polémica
suscitada con dos propuestas nuestras, la referida a sacar
la religión de los colegios y la de quitar la concertinas de
Ceuta y Melilla. Si bien ésta última ha ocupado las portadas
de nuestros periódicos y ha hecho quitar el sueño a más de
un político, no la quiero desvincular de la primera. Que me
perdonen quienes se sientan ofendidos con lo que voy a
decir, pero si Jesucristo estuviera hoy en día sentado en el
Congreso y de él dependiera decidir si cuchillas sí o
cuchillas no, estoy segura que condenaría a quienes permiten
la más grande de las canalladas, persuadir hasta hacer
sangrar. Menuda doble moral, hacer saltar la alarma porque
el alumnado dejará de rezar en los colegios, a la vez que
quieren permitir que unos pinchos sigan criminalizando de
manera explícita a la inmigración. Señores y señoras, las
concertinas sí son agresivas, sí afectan a las personas. Las
concertinas vulneran de forma fulminante la Declaración de
los Derechos Humanos, la Carta Europea de derechos
fundamentales y la propia Constitución Española. Así que no,
el debate no está en que la medida de las concertinas la
hizo el PSOE cuando gobernaba, el debate está en la
insensibilidad ante una enorme crisis humanitaria, porque
como han dicho Pedro Sánchez y Eva Matarín, si hubo un error
por la administración socialista, la mejor manera de
corregirlo, además de pedir perdón, no es persistir en el
error sino cambiarlo. Y eso hemos hecho. El resto es
esconder la realidad y potenciar la inhumanidad de quienes
justifican esta practica. Por tanto, podemos dedicarnos a
hablar de la gestión que hicimos en el pasado, que también
hicimos mucho en materia de inmigración, cooperación
migratoria e integración, o podemos avanzar y evolucionar en
nuestras ideas. Yo lo tengo claro, estamos para mejorar la
vida de las personas y por eso hoy digo algo y claro que sí,
que a partir del 20 de diciembre, cuando gobernemos,
quitaremos las concertinas que nunca debieron de existir y
acabaremos con la devoluciones en caliente.
Y no sólo eso, aquí os dejo
nuestras propuestas en política migratoria para que podáis
visualizar nuestros compromisos en una materia que más que
unir, incomoda.
• Elaborar un Informe marco sobre
cooperación e inmigración.
• Dotar a la gestión de la
inmigración de una posición política y una estructura en la
Administración General del Estado adecuadas para llevar a
cabo un tratamiento eficaz e integrado de los flujos
migratorios y de las políticas de integración.
• Recuperar la estrategia de
cooperación migratoria bilateral con los países de origen y
tránsito de los flujos de inmigrantes.
• Derogar de manera inmediata el
Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, que impuso graves
restricciones en el reconocimiento y garantía efectiva del
derecho a la salud para inmigrantes irregulares.
• Crear un Fondo para la
financiación de las políticas de integración.
• Derogar la Disposición Adicional
de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de
la seguridad ciudadana, que pretende legalizar las
denominadas “devoluciones en caliente” en el espacio
fronterizo entre Ceuta y Melilla y el territorio del Reino
de Marruecos.
• Retirar las denominadas
concertinas en las vallas fronterizas que producen graves
riesgos para la integridad física de las personas.
• Modificar el actual modelo de
Centros de Internamiento de Extranjeros para salvaguardar
los derechos de las personas internas, que implique la
revisión de su Reglamento de funcionamiento y régimen
interior y el refuerzo de los medios que permitan el control
judicial de los mismos.
• Revisar la política de visados
para flexibilizar la movilidad de los flujos migratorios.
• Elaborar una lista de países con
los que España debe desarrollar relaciones de
cooperación-migración.
• Impulsar acciones positivas en
relación con las mujeres inmigrantes solas con cargas
familiares.
• Mejorar procedimientos
administrativos que permitan agilizar las concesiones y
renovaciones de autorizaciones, especialmente las de arraigo
y reagrupación familiar.
• Transponer al ordenamiento
jurídico español la Directiva relativa a la prevención y
lucha contra la trata de seres humanos y a la prevención de
las víctimas.
• Impulsar una estrategia contra
el racismo y la xenofobia, que auné políticas públicas e
iniciativas no gubernamentales.
• Dar respuesta efectiva y urgente
a la crisis de las personas refugiadas mediante el apoyo a
los países vecinos, el incremento del número de acogidos, la
dotación de los programas de reasentamiento, la aceptación
de admisiones humanitarias y la concesión de visados a
personas con necesidades de protección internacional.
• Reforzar las oficinas de Asilo y
la presencia en ellas de la representación oficial de ACNUR.
En definitiva, tenemos que
desarticular los discursos, las creencias y las prácticas
xenófobas, a la vez de materializar un concepto amplio e
inclusivo de igualdad, contribuyendo así a la integración
social, y sé que lo lograremos.
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