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OPINIÓN - VIERNES, 23 DE OCTUBRE DE 2015

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Tormenta en la Federación de Vecinos

La tormenta amenaza con desatarse en el seno de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV), si es que no se ha desatado ya. Ni la sentencia del Juzgado desestimando la reclamación del sector crítico con Juan Moreno ha calmado las aguas en la entidad vecinal, sino todo lo contrario, puede ser la espoleta que la haga saltar por los aires. Aunque Juan Moreno afirmara que “hoy por hoy existe un muy buen ambiente en la Federación y que cuento con el apoyo y respaldo de las asociaciones”, la realidad es bien distinta. Moreno contaría, no solo con la oposición del sector crítico, sino también de gran parte de aquellos que le apoyaron en las últimas elecciones. Sólo ha hecho falta que se comente lo más insignificante sobre la Federación de Vecinos para que a una acción le acompañe su repercusión.

El primero en alzar la voz, y todo apunta a que no será el último, se ha sido el anterior presidente, José Ramos que, en su día, alguien se atrevió a subrayar que Moreno era su hombre y que lo encumbró al puesto que ahora ocupa. Pues bien. No tienen desperdicios sus declaraciones. Ramos critica con dureza la gestión de Moreno, afirmando “que está dirigiendo la FPAV, como si fuera su cortijo particular”. Desde el cese del que hasta ahora era el Administrador-Gerente de las Brigadas Verdes, de forma irregular, que fue comunicada a la Junta Directiva con posterioridad y no con anterioridad, hasta la no convocatoria de la Asamblea Ordinaria, para rendir cuentas y gestión a las Asociaciones que componen la Federación.

En este sentido, según el artículo 14 de los Estatutos de la Federación de Vecinos, los órganos indispensables serían La Asamblea General y la Junta Directiva. La Asamblea sería el órgano soberano y máximo de decisión y estaría constituida por todas las Asociaciones, según el artículo 15. En cuanto a la Junta Directiva y a su cometido, queda especificado en 22 apartados y, casi todos, encomendados a la gestión, incluyendo temas tan importantes como la contratación de personal, adquisiciones, ventas, etc., incluso la disolución de los órganos de representación con arreglo a los Estatutos (artículo 25). Sin embargo, la figura individual de cada uno de los miembros de la Junta, queda diluida, dando prioridad al órgano colegiado que es la Junta.

Al presidente, sólo le asiste, en cuanto a gestión se entiende, dirigir los debates y reuniones, entre otros y, una sola opción de gestión directa, como el que contiene el apartado 7, del artículo 29, en el que le confiere capacidad para asuntos urgentes, pero que además deberán ser ratificados por la Junta Directiva.

O sea, que a decir de José Ramos, alguien no se ha debido leer los Estatutos. Y la ‘antigua guardia’, parece dispuesta a dar un paso hacia delante. Ya se escuchan los truenos en la FPVA. La tormenta está a punto de desatarse.
 

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